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RUSALKAPalacio Euskalduna (Bilbao)por Alberto López Echevarrieta Recordando a DvorákDurante el mes de octubre, la Asociación Bilbaína de Amigos de la Ópera (ABAO) ha puesto en escena la obra "Rusalka", de Dvorák. Cuatro sesiones celebradas en el Palacio Euskalduna con llenos absolutos arrojan una cifra total próxima a los diez mil espectadores. La apuesta de la organización no era nada fácil teniendo en cuenta de que se trataba del estreno de la temporada no sólo en Bilbao, sino que puede decirse que constituía todo un acontecimiento a nivel nacional puesto que "Rusalka" no se ha representado nunca ni en el Real de Madrid ni en el Liceu de Barcelona como programación propia. Sólo se ha visto en contadas ocasiones con cargo a algunas compañías checas en gira por España. La obra y su autor Novena de las diez óperas que compuso Antonín Dvorák , "Rusalka" (1901) es un cuento de hadas lírico en tres actos adaptado por Jaroslav Kvapil basado en la narración "Undine", de Friedrich de la Motte Fouqué , y el cuento "La sirenita", de Hans Christian Andersen . Se estrenó en el Teatro Nacional de Praga el 31 de marzo de 1901, tres años antes de la muerte de su compositor, quedando patente desde el primer momento que su "Canción de la luna" era una de las páginas más bellas de la lírica jamás escritas. Hoy es pieza casi obligada de concierto de las grandes sopranos. La palabra "Rusalka", de origen ruso, significa "mujer encantada" y no puede ser más acertada para denominar a la protagonista de la obra, una sirena que por amor hacia un príncipe quiere ser mujer sin sospechar que el cambio le va a suponer el rechazo de las personas en un clima en el que subyace el tema de la emancipación de la mujer. "No puedo morir, no puedo vivir" , dice al final. Estamos pues ante una alegoría fantástica en la que se dan cita el realismo y el naturalismo a partes iguales. La versión bilbaina Decía el realizador cinematográfico Pedro Olea tras una de las representaciones que difícilmente se ha visto y se podrá ver en un teatro una escenografía como la que Rudy Sabounghi ha plasmado en esta "Rusalka". Con producción de la Ópera de Lyon, los dos primeros actos tienen como principal atractivo visual los cincuenta mil litros de agua empleados para configurar el lago en cuyas orillas transcurre la acción. Tal masa de agua, perfectamente distribuida y acoplada para que el resto de efectos no desmerezcan, es posiblemente lo que primero destaca el ojo observador. Ello ha sido posible gracias a las dimensiones del escenario del Euskalduna que, tras el de La Bastille de París, pasa por ser el mayor de Europa. La soprano lírica Sondra Radvanovsky ( "Tengo orígenes checos e incorporar a Rusalka era un deber para mí" ) fue otro de los polos de atracción. Sus registros dramáticos, sobre todo sus agudos, fueron de un efecto impresionante consiguiendo humanizar la figura de su personaje. Su actuación no pudo ser más brillante desde el punto de vista vocal y como actriz. Resultó curiosa su perfecta adaptación a la música eslava siendo una cantante especializada en ópera italiana. Los espectadores recordaban perfectamente su actuación en "Il trovatore" hace cuatro temporadas en el mismo escenario. Sorprendente en su brillantez el bajo Hans-Peter Koenig que debutaba en Bilbao incorporando al espíritu de las aguas. Su enorme humanidad esconde una potencia emisora muy notable con unos registros vocales como pocas veces se pueden escuchar. Impresionante. Las sopranos Lauren Flanigan , como la princesa extranjera, y Larissa Diadkova , en el papel de la hechicera, rayaron a gran altura, sobre todo la primera que puede considerarse como una gran diva de la escena lírica. Su canto es preciso y adecuado a un personaje que ella borda en toda su extensión. Sin embargo, las representaciones tuvieron un pero, la actuación del tenor Michael Myers que sustituyó a última hora al anunciado Peter Straka . Su actuación quedó eclipsada por el resto del reparto principal. La diferencia de volumen vocal con los demás quedó manifiesta desde el principio. Sólo al final, en el dúo con Rusalka, consiguió enderezar su papel. No quiere decir esto que su timbre no fuera el adecuado, pero su volumen contrastó notablemente con el de sus compañeros. La labor del director Jiri Kout -recordado por su gran trabajo en la "Jenufa" que pudimos ver en el mismo escenario- rayó a gran altura como corresponde a uno de los mejores especialistas en música eslava que hay en estos momentos. La gran riqueza orquestal de la obra, con pasajes modélicos en el creador de la "Sinfonía del Nuevo Mundo", se vio realzada por la interpretación desde el foso de setenta y ocho profesores más una banda interna pertenecientes a la Orquesta Sinfónica de Euskadi. El Coro de la Ópera de Bilbao, reducido y dirigido por Boris Dujin , rayó a gran altura en el segundo acto. En resumen: Dvorák , muerto el 1 de mayo de 1904 en Praga, difícilmente ha podido tener mejor recordatorio gracias sobre todo a Sondra Radvanovsky , Hans Peter Koenig , Jiri Kout y a la escenografía de Rudy Sabounghi . Próxima representación operística de ABAO: "Don Giovanni", de Mozart , los días 19, 22, 25 y 28 de noviembre de 2005. Dirección musical de Antoni Ros Marbá . Dirección de escena a cargo de Roberto de Simone . Producción de la Staatsoper de Viena. Intérpretes principales: Mariusz Kwiecien (D. Giovanni), Alan Held (Leporello), Saimir Pirgu (D. Ottavio) y Ángeles Blancas (Donna Elvira). Coro de la Ópera de Bilbao dirigido por Boris Dujin . Orquesta Real Filarmonía de Galicia. |
Nº 5 - Noviembre de 2005
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