Pilar Aladren y la reflexión de la belleza como identidad.
Título exposición: “Imágenes del Tránsito”
Lugar:
Sala XIII. Torrelodones, Madrid.
Fechas: 24 de febrero – 26 de marzo, 2006.
Por Marcelino Ortega
Para Pilar Aladrén “el tiempo y el lugar cambian y entonces cambian también las
referencias poéticas”. Así sus referencias poéticas portan una imperturbable
cualidad contemporánea, es decir, un mensaje relevante que resulta creíble para el
observador del presente.
Su trabajo está configurado mediante una urdimbre mestiza de imágenes y técnicas.
Respecto a lo segundo no se sabe en dónde está la frontera entre la pintura (como
técnica) y la infografía. Algunas imágenes emanan de la primera para aparecer
exentas o transformadas por la segunda. A su vez cabe decir lo mismo acerca de la infografía
y su transformación “pictórica”. La construcción compositiva aparece
compleja, como si de un calidoscopio se tratara. Esto tiene el efecto de presentar simultáneamente las
sucesivas imágenes que en la televisión o en el ordenador aparecen, la artista lo
denomina “espacios de flujo, en el que se distribuyen imágenes que están en
tránsito y que son intercambiables, como los íconos que aparecen en las máquinas
tragaperras…”. La paleta de colores sigue la corriente que en su momento Gordillo
marcó con su planteamiento de colores consecuencia de las máquinas de reproducción
fotográfica y no, como hasta entonces era tradicional, de los colores de tubo del óleo.
El resultado es un sobresaliente trabajo en donde la frescura se entremezcla con la fuerza, no exento
de una cierta referencia reflexiva acerca de una estética feminista. Es decir, sobre un
cromatismo que no suele ser propio al ojo masculino, al menos según los parámetros
de nuestra cultura. La autora hace alusión en su texto a la memoria, pero sobre todo al
sentido de la identidad y de la consciencia. Algo muy pertinente en una realidad en progresiva
aceleración hacia el sinsentido y pérdida. En ese sentido apunta la bienal del neoyorquino
Museo Whitney acerca de las “incertidumbres” cuando Bárbara Celis escribe al
respecto que ‘La incertidumbre que provoca en el ser humano el estar rodeado de realidades
que lo parecen pero no lo son se traduce a nivel artístico en toda una variante de exploraciones
visuales con fuerte contenido crítico que a veces se desarrollan al margen de la propia
identidad del artista’. Para Aladren “todo se muestra disperso, fragmentario, caleidoscópico
y descomprometido, y nos sitúa en un entorno donde las identidades y las relaciones no intervienen”.
No obstante, el visitante no informado acerca de estos prolegómenos, se encontrará con
una sucesión de trabajos cargados de expresividad y fuerza, al tiempo que la imagen engancha
mediante la combinación maravillosa de “éxtasis y enigma”, en donde cabría
decir que “el arte está guiado por emociones ilegibles que hacen transparente
la fragilidad del mundo, sombra” (Fernando Castro). Pero por encima de todo planea una exquisita
belleza, no sólo por la calidad del discurso formal, sino por su afinada inteligencia.
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