Caneja: sus contemporáneos, sus amigos, su estela
Comisario: Juan Manuel Bonet Museo de Pasión.
C/ Pasión. Valladolid
Hasta el 2 de abril .
Por Ángela Rubio
El museo de Pasión de Valladolid
en colaboración con la Fundación Díaz Caneja nos presenta una exposición
que con motivo del centenario del nacimiento de dicho autor, pretende rendir homenaje a su trayectoria
vital y artística. Como sabemos, a los homenajes son invitados todos aquellos que más
influyeron y que más cerca estuvieron del homenajeado. Por ello, el título es Caneja:
sus contemporáneos, sus amigos, su estela y en ella se pueden ver más de
un centenar de pinturas, dibujos, libros, cartas, fotografías y esculturas.
Juan Manuel Díaz Caneja
nació en
Palencia en 1905 donde permaneció hasta los dieciocho años, momento en el que se
traslada a Madrid para estudiar arquitectura. Abandona estos estudios para acercarse a la pintura
de la mano Vázquez
Díaz, su primer maestro y gran influencia. Precisamente con su obra se inicia el recorrido
de la exposición, en la que podemos encontrar a sus amigos García Ochoa, Agueda de
la Pisa o González de la Torre junto con artistas del grupo de Vallecas aquí representado
por Alberto, Maruja Mallo, Benjamín Palencia, Castellanos y Rodríguez Luna.
En
la planta superior del museo se muestran veinte obras del Caneja más personal, árboles,
bodegones y sobretodo paisajes en los que apreciamos las señas de identidad que distinguen
su obra: el uso magistral y expresivo de las tonalidades amarillas, ocres y gris junto con unas
formas y estructuración que provienen
del cubismo como puede apreciarse en Composición de 1927 y más claramente
en Mujer
peinándose de 1950. Estas formas van sintetizándose aumentando las superficies
cromáticas
en un proceso que analiza con esmero los matices del color y la luz. Con ésta, delimita
la construcción
de la imagen e introduce la temporalidad paisajística. Un buen ejemplo de ello es su obra Árboles de
1981. Finalmente, Tierra Roja de 1987 nos muestra un Caneja radicalizado, más cercano
a la abstracción en la que admiramos su capacidad de síntesis y la maestría
a la que ha llegado en el uso de la luz, aquí protagonista absoluta.
Resultan interesantes también las vitrinas en las que se nos presentan ejemplares de las revistas
de las que formó parte y que sirvieron para representar la vanguardia castellana. Nos referimos
a Parábola de Burgos y Meseta de Valladolid. También nos muestran una
selección de fotografías y libros dedicados por los principales artífices
de la vida cultural del momento lo que contribuye a una mejor contextualización y visión
del mundo de Caneja.
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