Colección de Antoine Lebel: Porcelanas de la Compañía de Indias

Por Gemma Piñana

LA ELECCIÓN DE UN MARCHANTE

Antoine Lebel ha presentado su elección/colección de porcelanas de la Compañía de Indias del siglo XVIII en el museo del Louvre de París, junto a un catálogo razonado de cada una de las piezas. Todas ellas han sido fabricadas en China durante el siglo XVIII para los mercados europeos y comúnmente se las conoce por porcelanas de la “Compañía de Indias”. Para el marchante francés “ellas revelan mi gusto unas veces interesado por su rareza, otras por su interés histórico o su belleza intrínseca, que ha sabido acariciarme los ojos... todo ello explica mi elección”.

“Aunque marchante, me considero esencialmente coleccionista de porcelanas de China, que cada día vende su colección, a la vez que cada día busca y encuentra, con suerte buenas piezas, tal y como lo he soñado”, declara monsieur Lebel. “Gusto y pasión me invaden desde hace más de quince años porque deseo ofrecer lo mejor a mis coleccionistas y a todos aquellos interesados por la porcelana china”.

Entre las piezas expuestas: dos platos de la época Qianlong (hacia 1740); dos botellas de la época Kangxi (hacia 1700) o taza de te y plato decoradas en Holanda en el XVIII de la época Qianlong

“Coleccionista o marchante, somos simples pasantes, transmisores de la historia o del patrimonio. Los objetos que tenemos ante nuestros ojos, en su mayoría quintuplican nuestra edad. Elegidos y conservados, permanecerán todavía más tiempo que aquel que nos ha sido dado. Por decirlo de otra manera, nosotros los coleccionistas no seremos más que nombres figurantes en la lista de los que los tuvieron provisionalmente en sus manos”, añade Lebel.

“Los objetos expuestos provienen de las Indias, es decir más allá de África (China, India, Japón y otros países de Asia) en su apogeo en el arte de la porcelana”, explica el coleccionista.

PORCELANAS JUNTO A SEDAS, MARFILES Y LACAS

Conocida desde la Edad Media, la porcelana de China formaba parte de esos objetos “exóticos” como el té, la seda, las especias, los marfiles y las lacas. Todavía demasiado caro todo ello para las clases medias a comienzos del XVIII, pero gracias al número creciente de navíos de diferentes compañías de India, a convertirse en algo más corriente. Se estima que al menos cien millones de piezas de porcelana de China se importaron al viejo continente durante el siglo de la Ilustración, lo que indica el éxito de estos objetos.

De muchas de las piezas coleccionadas se conocen los encargos de origen. Algunas obras tienen formas muy poco habituales, otras se asocian con colores sorprendentes que las convierten en verdaderas obras maestras. Y otras se presentan con panoplia de armas y escudos, añadiendo un interés histórico que incita a indagar más datos sobre el propietario de aquella época.

Heladeras de la época Kangxi, cafetera de la época Yongzheng (hacia 1730) con picor vertedor de pájaro, cuencos con escudos de armas, fuentes florales, bandejas con escenas del Calvario o batallas, teteras o cafeteras con paisajes, tarrinas en forma vegetal, platos redondos con flores de lis, mancerinas con ramajes o animales, fruteros... Un mundo de imaginación, decoración, color y tacto que seduce a los amantes de la porcelana y que Anoine Lebel proporciona a la vez que informa, busca, indaga y encuentra.

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