Marisa Monte, universo particularPor Xavier Valiño Aunque comenzó a tocar la batería a los nueve años, antes de ejercitarse con la guitarra y educarse en el canto lírico ya en plena adolescencia, toda una vida dedicada por entero a la música se ha traducido en un producción discográfica a todas luces escasa, con un pequeño puñado de discos que, sin embargo, la han mantenido todos estos años como el estandarte de la música brasileña de ahora. Marisa Monte, que siempre ha conseguido cautivar, gracias a su versatilidad, a todo tipo de audiencias, ha sabido compaginar con agilidad y buen gusto tradición y vanguardia, música popular y pop-rock en un repertorio que, en veinte años de carrera, ha sido condensado en sólo cinco álbumes, por difícil que parezca. Ella justifica tan exigua productividad con su entrega perenne al público. "Toda mi trayectoria se ha venido realizando en contacto directo con el público. Hasta 2001, año en el que concluí la gira de presentación de mi último disco Memórias, crónicas e declaraçoes de amor (2000), prácticamente no paré de viajar," confiesa una Marisa Monte que, conviene recordarlo, se presentó en disco con un debut grabado en directo. Con esos antecedentes, el lanzamiento de 27 nuevas canciones repartidas en dos discos de edición simultánea, Infinito particular (EMI, 2006) y Universo ao meu redor (EMI, 2006), lo primero que causa es sorpresa. En el tiempo libre y de relativo descanso que le ha dejado su reciente maternidad parece estar el origen de tan repentino exceso de creatividad, hasta ahora inédito en su trayectoria. "Quedé embarazada durante la grabación de Tribalistas (2001) -el exitoso proyecto concebido junto a Arnaldo Antunes y Carlinhos Brown que se convirtió en su disco de más éxito- y como mi primer hijo nació al mes del lanzamiento del álbum no pude salir a presentarlo en directo, así que aproveché la oportunidad para quedarme en casa y recuperar de entre mis archivos algunas maquetas e ideas que habían quedado inconclusas". La cantante dedicó parte de ese tiempo a investigar sobre el samba carioca de todas las épocas, desde aquel que sólo es recordado a través de la tradición oral al más reciente, con objeto de trasladarlo a un lenguaje más actual sin traicionar las raíces. Esa finalidad historicista queda reflejada en Universo ao meu redor, un primoroso trabajo de síntesis que combina composiciones patrimoniales, pertenecientes a un periodo que va de 1944 a 1980, con otras de ahora mismo. Como la propia Marisa Monte señala, parece que importaban más lo temas. "Más que al samba propiamente dicho, el disco está orientado a reflejar la atmósfera del samba con sus temas más frecuentes: el amor, la naturaleza, la condición humana, la connivencia a través del arte, la propia música…" La contribución especial de otras artistas como
David Byrne, Cézar Mendes, Arnaldo Antunes y Carlinhos Brown en
algunas composiciones ayudan a equilibrar tradición y contemporaneidad
con unos resultados deslumbrantes. Infinito particular, sin embargo,
parte de propósitos más híbridos. Con la colaboración
de Eumir Deodato, Philip Glass y Joao Donato en los arreglos, y la de
Seu Jorge, Arnaldo Antunes y Carlinhos Brown, entre otros, en la composición,
en el disco se encuentran ritmos tribales a bajas revoluciones, reggae
subliminal, bossa, sones latinoamericanos, ecos bohemios y retazos de
apacible psicodelia alzada a partir de ambientes cíclicos que se
enredan alrededor de la melodiosa voz de una Monte que sigue conservando
sus facultades.
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Nº
14 - Octubre de 2006 |
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