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Kate Bush, el mundo sensualPor Xavier Valiño El hecho de que hayamos tenido que esperar más de una década para el lanzamiento de su octavo álbum, Aerial, no ha hecho más que incrementar el ambiente de misterio que la envuelve. “Estoy realmente conmovida por la gran expectación que he notado en la gente”, dice Kate Bush. “El que hayan esperado de esa forma me hace sentir verdaderamente privilegiada”. Aerial, su primer álbum desde Red Shoes en 1993, confirma que, aunque larga, la espera ha merecido la pena. Como era previsible, se trata de un álbum atrevido y de amplias miras, rebosante de atmósferas, misterio, pasión e intrincados detalles auditivos, con la sorpresa añadida de que se trata de un álbum doble. “Era consciente de que la cantidad de material acumulado durante mi ausencia probablemente no cabría en un único disco, así que decidí dividir el resultado en dos, dando lugar a mi primer álbum doble”, comenta la cantante y compositora. El primer disco, llamado A Sea Of Honey, incluye siete canciones, desde el evocador primer single “King Of The Mountain”, hasta la emotiva lectura de una larga sección de la serie infinita de números “π”, pasando por el pícaro y hechizante “How To Be Invisible” y la conmovedora conclusión impresionista de “A Coral Room”. El segundo disco, A Sky Of Honey, es una pieza conceptual de nueve partes, cimentada sobre motivos recurrentes de luz y el canto de aves, siguiendo el curso de un día desde la tarde hasta el amanecer, pasando por el crepúsculo y la noche. “Lo que me ha gustado de hacer dos discos”, explica la creadora de Aerial, “es que me ha permitido jugar tanto con el estilo semiclásico que tanto me gusta, con los elementos de espacio y música acústica, así como con la música moderna de grupo con mucha batería”. Durante estos doce años, lejos de la vida pública, Kate Bush ha dividido su tiempo entre
la preparación de canciones para Aerial y su hijo Bertie, nacido en 1998. “Sólo
podía trabajar a ratos”, explica sobre su larga ausencia, “algo que nunca había
hecho antes. Siempre había trabajado a base de pasarme catorce horas al día en el
estudio. No he podido permitirme el lujo de emplear el tiempo de la misma manera. Así que
había muchos períodos en los que no hacía casi nada. Pero, en cierta manera,
ese tipo de restricción me ha beneficiado, ya que me ha obligado a distanciarme de mi trabajo
continuamente”. “Había un ambiente de diversión además de trabajo”, comenta su autora sobre las sesiones de grabación de Aerial. “Creo que esto es muy importante, porque a veces plasmar una idea puede ser muy difícil y frustrante. No es un proceso fácil. Me encanta trabajar con viejos amigos, es muy agradable”. Un detalle conmovedor para los participantes en Aerial es la inclusión de parte del trabajo más reciente del arreglista de orquesta Michael Kamen, quien participó en todos los discos de Bush desde Hounds Of Love, y que falleció pocas semanas después de que sus contribuciones al disco fueran completadas en los estudios de Abbey Road en octubre de 2003. “Lo que más me gustaba de Michael era que su trabajo era muy visual”, asegura Kate Bush. “Hizo un trabajo fantástico. Cuesta creer que ya no se encuentre entre nosotros”. Ahora, con el lanzamiento de Aerial, Kate Bush continúa la tradición de los discos dobles innovadores. “Solían encantarme los álbumes dobles de mis artistas preferidos”, comenta. “En cierta manera, tenía menos que ver con gastar dinero en un objeto. De alguna forma, era más como una declaración personal que decía: ‘aquí está mi música’”. Y así es, desde luego. |
Nº 8 - Febrero de 2006 |
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