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En busca del Mozart perdidoSus restos localizados en un círculo de seis metros de diámetroPor Alberto López Echevarrieta Viena cambia a Strauss por Mozart en 2006Siempre se ha hablado de Wolfgang Amadeus como el niño prodigio de la familia Mozart . Su padre se encargó de promocionar al chico cuando ya mostraba atisbos de genialidad. Sin embargo no le hizo justicia a su hija Maria Anna que pudo haber dado un juego semejante al del chico, pero fue apartada de circulación por su condición femenina. Leyendas aceptadas Nacido en Salzburgo, el músico viajó mucho pasando la tercera parte de su vida en Viena donde consolidó su carrera con estrenos apoteósicos de sus obras. Una vida tan intensa tiene su correspondiente leyenda. No es cierto, por ejemplo, que "La flauta mágica" se estrenara en el Teatro an der Wien, como muchos textos lo indican, sino en el Teatro Freihaus que estuvo situado justamente enfrente, en la otra orilla del río Viena, hoy cubierto y ocupado por el Naschmarkt. Este local, ya desaparecido, tuvo tan grandes beneficios que su propietario, pasado el tiempo, dedicó una de las puertas laterales del Teatro an der Wien, también de su propiedad, al personaje más representativo de la obra, Papageno. Poco rastro queda del paso de Mozart por la capital de los valses. A los saqueos indiscriminados que se hicieron de los locales por donde pasó -trece casas en diez años- se unen los desastres causados por los bombardeos de la Segunda Guerra Mundial. Una tercera parte de Viena fue tocada por las bombas. También fue dañado el monumento al genio salzburgués, obra del arquitecto Víctor Tilgner , que hoy se levanta en el Burggarten. Las bombas le alcanzaron cuando estaba tras el edificio de la Ópera, frente al Café Mozart donde Orson Welles y Carol Reed descubrieron a Antón Karas tocando la cítara cuando preparaban "El tercer hombre" . Mutilan el "Réquiem" de un ludópata En la Biblioteca Nacional de Viena se exhibe hoy la partitura original del "Réquiem" de Mozart . Se trata de uno de los tesoros que guarda el edificio que exhibe unas 80.000 obras, pero que posee millones en depósito. El lugar no ha podido ser mejor elegido porque éste fue el primer escenario que tuvo el niño prodigio en Viena. Fue el hijo de Gerhard van Swieten , médico imperial, quien consiguió que se le escuchara en la capital imperial. "Viena es el mejor lugar del mundo para mi trabajo" , le dijo el muchacho a su padre consiguiendo de esta forma que le sacara de Salzburg. Por cierto, la partitura original del "Réquiem" que ahora se muestra ha sido salvajemente mutilada. Cuando se exhibió en la Exposición de Bruselas (aquella que tuvo al Atomium como sello emblemático) se hizo sin protección. Un energúmeno rompió una esquina de la contraportada del documento que contiene las últimas letras que escribió Mozart . El trozo que falta nunca ha sido localizado, especulándose que lo tiene algún caprichoso maldito. El genio vivió diez años en Viena, pero, como digo, cambió de domicilio una y otra vez, casi todas por problemas de "liquidez metálica" y es que de mayor Mozart , además de masón, era ludópata. Se conserva la casa más importante en la Dommengasse , cerca de la catedral de San Esteban. El edificio, que se caía de viejo, se está remodelando y estará dispuesto para su reinauguración coincidente con el aniversario de su nacimiento. Localizada su tumba La gran incógnita que siempre ha envuelto a Mozart es el lugar donde descansan sus restos mortales. Por fin se puede decir dónde está ese sitio con un mínimo error. Se sabe que fueron depositados en una fosa común del Cementerio de San Marx, de Viena, porque uno de sus íntimos amigos, el compositor Johann Georg Albrechtsberger , profesor que fue de Beethoven , fue el único que acompañó a la comitiva fúnebre desde la catedral de San Esteban al camposanto. Él vió donde le enterraban. Con el paso del tiempo y como se trataba de una fosa común sobre la que no había ningún distintivo, se perdió la pista de su ubicación. Hubo un tiempo en que la figura del músico quedó relegada a un segundo plano hasta que en 1856, con ocasión de la celebración del centenario de su nacimiento, empezaron a llegar mensajes de toda Europa preguntando al ayuntamiento de Viena dónde estaba la tumba de Mozart . Aquel interés pilló fuera de juego a los munícipes que se vieron obligados a hacer una encuesta callejera en busca de una pista. Apareció entonces el nieto de Albrechtsaberger , quien recordaba haber acompañado a su abuela al cementerio. Ésta le había indicado exactamente dónde estaba enterrado el ilustre salzburgués. El hombre recordaba que había los mismos pasos desde la tumba de su abuelo al pasillo central del cementerio que de éste a la tumba de Mozart en línea recta y perpendicular a dicho pasillo. En el lugar indicado se levantó un monumento que posteriormente se trasladó al Cementerio Central quedando la parcela sin nada que identifique el lugar. Uno de los empleados del camposanto, con trozos de otras tumbas no utilizables, montó el discreto monumento funerario que hoy se puede ver. El margen de error existente a la hora de definir el lugar exacto donde están los restos mortales de Mozart es muy pequeño: un círculo de unos seis metros de diámetro que tiene como centro el monumento citado. Hoy la tumba del músico salzburgués tiene una sencilla corona de flores, pero es seguro que a lo largo de 2006 el pequeño Cementerio de San Marx, agitado por el ruido de la inmediata autopista, será meta de peregrinación de cuantos aman la música. El misterio ha quedado resuelto. |
Nº 6 - Diciembre de 2005
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