Andy Warhol & Pietro Psaier. The Factory.
Sala Municipal de Exposiciones del Museo de Pasión. C/ Pasión s/n
Del 5 de octubre al 5 de noviembre de 2006
Por Ángela Rubio
Andy
Warhol. Probablemente el artista más "famoso"
del siglo XX y emblemático del Pop Art, movimiento artístico
surgido como reacción al expresionismo abstracto en los años
50 simultáneamente en Inglaterra y EEUU, caracterizado por el contenido
superficial fácil de entender de sus obras. Los artistas encontraron
en los objetos prácticos, cotidianos -muchos de ellos fabricados
en serie- un valor plástico no descubierto hasta el momento, que
sale a flote cuando se les otorga cierto protagonismo. Objetos triviales
devoradores de individualidad evidenciando el problema de la incomunicación
en la sociedad tecnológica desarrollada.
Centraron sus propósitos en unir lo cotidiano con el arte en todos
los aspectos, el atractivo estaba en lo asequible y cuanto más
vulgar mejor. ¿Cuál es el mejor ejemplo? La botella de Coca-Cola,
ya que la adquirida y disfrutada por todos nosotros es la misma que toma
George Bush. Una lata de sopas Campbell`s, que después
de ser usada sería desecho, se descontextualiza ofreciéndole
una dimensión nueva pasando a ser "arte de desecho" formado
por productos
industriales. Este carácter industrial, mecánico y deshumanizado
será uno de los pilares del movimiento. Muestra de ello es el método
de trabajo basado en la producción en serie con la serigrafía
como técnica esencial y una plástica común al mundo
de la publicidad y el diseño gráfico por el empleo de colores
planos. Esta producción seriada, que desmitifica la pintura y su
supuesta originalidad de "obra única" fue el modus
operandi de The Factory. La fábrica de trabajadores
del arte dirigida por Warhol, en la que se produjeron obras como en una
cadena de montaje industrial. En ella trabajaron artistas jóvenes
de diferentes disciplinas, estudiantes, actores, músicos o personas
que simplemente pasaban por allí. La mayoría de las veces
Warhol solamente firmaba. Su tribu descontrolada por los excesos realizó
sus proyectos multidisciplinares cual fervorosos feligreses obnubilados
por la fama y el carisma de Warhol.
Esta exposición nos ofrece cerca de medio centenar de obras que
sintetizan acertadamente la producción warholiana. En su mayoría
serigrafias pero también algunas fotografías de Chris Makos.
En la sacristía una única obra, la conocida silla eléctrica.
Nunca antes en el arte se había reflejado de manera tan veraz un
medio de ejecución de la pena capital con tal carga política
y social. De manera contradictoria esta destinada a eliminar la mala conciencia
sobre la pena de muerte al tiempo que recuerda el sufrimiento y crueldad
que conlleva. Curiosamente y haciendo gala de su humor negro, Warhol se
sentaba en ella para ver películas de terror. Más inquietante
aun resulta el hecho de que Roman Polansky y Nico probaran su funcionamiento
friendo un filete sobre ella. Esta silla aparece en repetidamente en otras
obras de la exposición. Recordamos que su máxima era que
la repetición insistente de una imagen desagradable la convierte
en algo aceptable y normal.
En
la planta baja, al comienzo de la exposición, podemos admirar un
retrato suyo absolutamente maravilloso, cargado de glamour y distinción.
De técnica perfecta goza de un estudio lumínico más
cercano a la fotografía mostrándonos a un Andy seguro de
sí mismo, fuerte, comunicativo que expresa...nada más lejos
de la realidad ya que la extrema timidez y fragilidad emocional son sus
principales rasgos personales. Una de sus series archiconocidas de Marilyn
Monroe, basadas en la repetición reiterada de la misma imagen con
el mismo tamaño variando únicamente el color. Descontextualizándola
anula su carácter intrínseco descargándola así
de su significado inmediato. Un retrato de Lenin, Red Lenin de
1987, año de su fallecimiento, muestra el rojo del comunismo en
el país del consumo capitalista. La serigrafía fotográfica
ligeramente retocada con pinceladas de color, algo menos saturadas que
en otras ocasiones, le sirve para mostrarnos a un Mick Jagger algo más
naturalista y cercano pero ya la figura irreverente y provocadora que
le ha convertido en icono del rock.
Muy conocidos son los retratos con pelucas diferentes representando a
seres que no existen, identidades que suplantan la suya anulándole
con los labios siempre rojos prueba de fetichismo. En la planta superior
de la sala de exposiciones también tenemos un retrato fotográfico
al modo del que se hizo Duchamp, en este caso doble ya que no pierde la
mecánica de serie. La obra de Warhol entronca con el dadaísmo
y el surrealismo en la elección de objetos inútiles aunque
ahora con una actitud diferente, más pasiva que entonces. Un doble
retrato serigrafiado de Prince y otro de Frank Sinatra junto con cinturones
de boxeador con la fotografía de los miembros de los Beatles en
el medallón central completan la galería de famosos a los
que no buscó, más bien al contrario todo el mundo artístico
del momento quería relacionarse con él y a poder ser protagonizar
una de "sus" obras.
Para entender con mayor precisión el valor trascendente de la imagen
en la obra de Warhol hay que tener en cuenta su condición de católico
confeso que adoraba las imágenes religiosas como fetiches protectores,
transmisoras de carisma. Éstas además gozan
de un poder sugerente que canaliza las energías. La imaginería
que él creó representa el capitalismo triunfante; no es
casual que el Pop Art se haya desarrollado con mayor éxito
en la sociedad norteamericana, cuna del capitalismo más descarnado.
Warhol incorpora anticipadamente la cultura de masas en el arte de museo.
Una cultura para las masas -por tanto comercial- más útil
y práctica que el arte por el arte ya que éste no aporta
nada. Arte para las masas que crea masas de seguidores cual grupo de rock
y masas de artistas a los que considera gente normal, trabajadores sin
más "¿Por qué siempre pensáis que los
artistas son algo especial? No es más que un trabajo como otro
cualquiera" Las mismas masas que le encumbraron a lo más alto
de la fama contribuyeron, sin saberlo a la creación de un mito,
de un icono de tal manera que una sola de sus imágenes transmite
un poderoso mensaje y la pronunciación de su nombre es símbolo
de modernidad. Andy Warhol.
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