"Pablo Palazuelo: 1995-2005"
Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía. Madrid.
Hasta el 9 de enero de 2006
Por
Mariano de Blas
Cuando Kevin Power le ha preguntado a Pablo Palazuelo acerca de las intenciones y los significados
de alguna de sus obras, Palazuelo le ha respondido: "No hablemos de cuadros, sino de ideas". El
interesante y bien documentado texto de Power, comisario de la exposición, muestra la ramificación
conceptual de un artista que "imagina el pensamiento de los tiempos" mediante unos "densos significados".
La exposición muestra trabajos realizados en los últimos diez años por un artista
que nació en el Madrid de 1916. Consta de más de cien obras que argumentan su obra
mediante dibujos, gouaches, esculturas y cuadros de gran formato.
La obra de Palazuelo se desarrolla mediante la geometría. Pero en un presente dominado por
la tecnología informática en donde la geometría se desarrolla rápida
y con unas variaciones inimaginables hasta hace poco tiempo, se ha de tener en cuenta que la geometría
de Palazuelo se construye mediante el cálculo mental y el desarrollo manual. En este punto
nos podemos referir a los precedentes de Mondrian (1872-1944) y Kandinsky (1879-1940). Los paréntesis
explican cuando nacieron y murieron, así se aprecia que Palazuelo se forma en el periodo
de madurez de estos dos artistas para los que la geometría es la representación de
un orden superior en el ser humano. Así Mondrian llega a identificar dos mundos en su diálogo
de dos artistas, uno figurativo y otra abstracto, en su texto "Realidad Natural Realidad Abstracta" (1919-20).
El mundo del pasado y del presente (figurativo) y el del futuro (abstracto), una utopía
de justicia social y solidaridad que posteriormente se podría identificar con la letra del "Imagine" de
Lennon.
Conceptualmente, la obra de este anciano (dicho con todos los respetos y cariño) de casi noventa
años parece estar fuera de tono en un mundo que proclama todo orgulloso que está desmontando "el
Estado del Bienestar", mientras las otras dos terceras partes restantes viven en la miseria. La
forma en su trabajo es el corolario del concepto, unas estructuras geométricas que la informática
ha superado en complejidad y atrevimiento. Sin embargo ahí reside la grandeza y la subversión
de este sabio anciano (en el sentido clásico y honroso del término). El mecanismo
de su obra se basa en una efectiva inmediatez en la percepción y en evolución del
tiempo. La inmediatez se construye mediante los colores planos y las líneas diáfanas
que trazan formas y estructuras limpias. Esas formas han tenido una evolución en el tiempo
que se entiende mejor cuando se relacionan unas obras con las otras. Así Palazuelo dice: "Yo
agrupo mis cuadros porque la proximidad física de los varios integrantes de un grupo o familia
muestra más claramente un proceso de transformación continúa e irreversible
que en su desarrollo desborda los límites de cada obra individual".
Es en ese conjunto cuando se aprecia que el cuidadoso cálculo de colores y formas produce
esa intensidad del sentimiento contenido en unos elementos formalmente fríos que arranca
con Mondrian. Palazuelo, sin embargo, va evolucionando a formas cada vez más orgánicas
que llegan a relacionarse con formas reconocidas del mundo natural (como la serie Ramo) .
El artista en su grandeza, explora con humildad los límites de su pensamiento, una "mezcla
potente de ciencia, genética y espiritualidad" como subraya Kevin.
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