Corot: Naturaleza, Emoción, Recuerdo

Museo Thyssen-Bornemisza

por Julia Sáez Angulo

Corot es el paisajista francés del XIX -nacido en el XVIII- que puso punto final al paisajismo clásico de Claudio de Lorena y Canaleto, para abrirlo a la modernidad. El Museo Thyssen-Bornemisza ofrece 80 obras de este pintor, lo que significa una profunda contemplación y estudio de su aportación plástica. El Museo Thyssen cuenta con algunos cuadros de Corot y la baronesa, Carmen Cervera, se decantó por el paisaje, en su colección privada.

Se ha definido el paisaje como estado del alma. Corot lo busca en la naturaleza pero lo reinterpreta en el estudio, al tiempo que lo vivifica con la presencia de pequeñas figuras, como si quisiera ofrecer la escala humana que lo pone en valor. No busca el paisaje desierto y desolado de corte romántico como le ocurre a Friedrich. Su planteamiento es más sensual, delicado y feliz. Un buscador de la Arcadia en nuestro propio mundo, con la cercanía de la vida y de los hombres.

Con precisión didáctica, la exposición se divide en los apartados: Primeros años; Italia; Territorios de Francia; Del paisaje histórico al paisaje lírico; Realismos; Corot en Ville-d´Avray; Figuras, y Los Souvenirs de Corot. Cada uno de estos apartados ha merecido un ensayo en el catálogo de la muestra, lo que hace más comprensible las etapas del artista. Junto a ellos un interesante reflexión sobre "Corot y los pintores españoles" de García Felguera y Carlos Navarro.

Después de hacer el recorrido se observa la diversidad de temas de este paisajista de encrucijada, debido a su larga trayectoria como pintor y como hombre. Los Souvenirs le dieron la fama internacional, como composiciones brumosas llenas de poesía y sensibilidad. Las retinas del espectador se pierden en la belleza y el ensueño de un paisaje de Corot y lo celebra cuando lo descubre en un museo.

Es una ocasión excelente contar con una gran retrospectiva de Corot. Un viaje por la belleza de la naturaleza reinterpretada por un artista inteligente y con gran sentido estético. Después de él, el paisaje requiere una reflexión renovada y el gran punto de inflexión llegaría con los impresionistas, seguidos de Cezanne.

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