Ruslán Galázov. Exponente de la pintura rusa
Por Julia Sáez-Angulo
Ha sido al caer el muro de Berlín cuando hemos podido conocer mejor la obra de los artistas rusos del XIX y el XX. El Museo Guggenheim de Bilbao, y antes el Musée d´Orsay en París, han mostrado la pintura rusa con la dignidad que merece. En España el pintor Ruslán Galázov es el mejor exponente actual de esa tradición artística. Hoy cuenta con la nacionalidad española.
Se instaló con su familia –la pianista Elisabetta
Galazova y cuatro hijos- en la sierra madrileña en 1991 y hoy tiene
su estudio en El Escorial por donde pasan diversos músicos e intelectuales
de su país de origen. Ruslán Galázov, es un humanista
que abarca el mundo de las letras rusas y las artes plásticas.
Trabajó como periodista en su país, ha escrito cinco libros
de narrativa y diversos guiones de cine. Entre otros, ganó el Premio
Internacional Jorge Luis Borges, convocado en Los Ángeles.
Al instalarse en España, Ruslán Galázov tuvo que consagrarse por entero a la pintura como lenguaje, por lo que optó por activar sus conocimientos de dibujo y acuarela que aprendió durante los 70 en la Escuela Artística y Teatral de Moscú, ciudad en la que ya había llevado a cabo algunas exposiciones.
El reconocimiento de la pintura de Galázov no se hizo esperar. Sus lienzos recogen la tradición profunda de la escuela del primer Malévitch y de Marc Chagall, que no es otra que la de la tradición rusa, en la que el colorido de los cuadros acoge el del folklore del país que es un estallido cromático sin límites.
La melancolía tiñe buena parte de su pintura,
porque el autor sabe plasmar el espíritu del alma rusa, la que
reflejara Antón Chejov en su teatro. Galazov pinta personajes ensimismados,
parejas abstraídas, músicos arrobados... Fundamentalmente
la figura humana por su gran poder expresivo, porque en definitiva ella
es la que articula la vida y la sensibilidad en la existencia.