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DISCOSPor Xavier Valiño PATTI SMITH: Horses (Arista/Sony-BMG) The Duel, hace ahora dos años, fue el disco en el que Allison Moorer daba un paso en otra dirección, revelándose para muchos tras romper con su grupo, su discográfica e, incluso, parte de su sonido. Con Getting Somewhere, Moorer parece responder a quienes se preguntaban si podría ir más allá. Y sí, ha podido. Al contrario que otros cantantes protesta de la actualidad, Moorer ya no se rebela de una forma socialmente aceptable y previsible ya que, en lugar de cuestionar la autoridad, se ha decidido por cuestionarse a sí misma y el hecho de madurar, buscando la felicidad en la era del cinismo. Por si fuera poco, en "How She Does It", Moorer se enfrenta a un momento crucial de su niñez: el asesinato de su madre a manos de su padre y el posterior suicidio de éste. No todo el mundo puede tratar con algo así y salir indemne, y ella lo ha conseguido volviendo atrás y rescribiendo la historia para salvar a su madre.
Durante un tiempo, todo lo que sonase a trip-hop parecía cosa del pasado, algo superado y, por lo tanto, no digno de demasiada atención. Bien es cierto que Massive Attack, Portishead, Tricky o Smith & Mighty dijeron casi todo lo que se podía decir al respeto hace ya bastante. Ahora, 15 años después del acta fundacional del género, el enorme Blue Lines de Massive Attack, un nuevo dúo londinense parece retomar aquel camino dignamente. Su debut, Signs Of A Struggle, puede que no impresione, pero también ya es hora de recordar que se pueden hacer discos así, mezclando hip hop, reggae, electrónica y soul, y lograr algo interesante, accesible y creativo. Ya, tienen que superar el hándicap de un modelo asentado y poco dado a la sorpresa, pero Mattafix han hecho un disco hermoso y muy aprovechable que no debe ser ignorado.
Tras unos once discos editados hasta el momento con los éxitos de David Bowie, la nueva colección, The Platinum Collection se presenta como la antología definitiva del ‘Delgado Duque Blanco’. Puede que esta vez esté más cerca que nunca de ser lo que se anuncia en el título, La colección de platino, por cuanto en sus tres compactos, que cubren toda su carrera, con especial atención a su mejor etapa, la de la década de los 70, se encuentran todos los éxitos que uno pueda recordar de David Bowie -enumerarlos sería empezar y no acabar-; además incluye ganchos en forma de rarezas, como su versión del "It's Hard To Be A Saint In The City" de Bruce Springsteen o la versión del "All The Young Dudes" que escribió y cedió a Mott The Hoople. Como no hace mucho recogía una publicación británica, si David Bowie es el artista más influyente del rock, éstas serían parte de sus canciones más decisivas.
MARTHA WAINWRIGHT: Martha Wainwright (Zoe-V2) Aquí hay algo intangible que parece indicar que nos encontramos ante un disco y una cantante-compositora para nada anclada en su tiempo. Su mirada desde la portada ya muestra más de una semejanza con el álbum de folk-rock más influyente grabado por una mujer, Blue de Joni Mitchell. Martha Wainwright se mueve en ese ámbito, aunque su forma de mostrar sus emociones de forma convencional tiene más que ver con su familia. Sí: hay canciones dedicadas a su padre, el cantante Loudon Wainwright III, hay colaboraciones de su madre, Kate McGarrigle, y también de su hermano, el ubicuo Rufus Wainwright. De todas formas, en este disco editado hace más de un año y recuperado ahora para el mercado español, son las canciones en las que se encuentra sola frente al micro las que más impactan, como "Far Away", "These Flowers" o "Whither Must I Wander". Hay ciertos artistas que pasan por la historia del rock en castellano sin causar gran estrépito. Son gente como Miguel Ángel Villanueva, José Ignacio Lapido o Santi Campos, que nunca han grabado un disco mediocre y, sin embargo, todo parece darles la espalda. Gran error, porque ellos componen parte de las mejores canciones de este país. Para probarlo, nada mejor que el nuevo álbum de Santi Campos, ahora acompañado por una banda a la que ha bautizado con el nombre de su anterior álbum, Los Amigos Imaginarios. El grupo suena compacto, pero lo que queda claro es que son las canciones, grandes canciones, lo que cuenta. Y da igual que "Bicho Raro" se acerque a los ritmos de baile, que "El más listo de aquí" suene a country o que incluya versiones de Neil Young o los Bee Gees pasados por el filtro de Gram Parsons: Santi Campos está entre los grandes y El invierno secreto es su nueva muestra. Hace medio siglo, Kenneth Anger recogió en Hollywood Babilonia la cara oculta del mundo del cine. Ahora, Gary Herman recoge la idea y en un amplio volumen de unas 445 páginas hace lo propio con el mundo del rock. Ahí están todos sus trapos sucios, sus noticias truculentas, los excesos, las caídas al abismo, los peores momentos de las estrellas… Por una parte, se agradece la parte documental del libro, en especial la colección de fotografías de los artistas del rock en sus horas bajas y el trabajo del autor en las hemerotecas, sin ahorrarse un sólo detalle; por otra parte, el libro parece llamado a propagar los manidos tópicos del rock, por lo que un poco más de distancia, ironía y recordatorio de las grandes canciones que sus artistas nos han legado no le hubiera venido nada mal. En cualquier caso, sólo queda recordar lo que en su día cantó Neil Young (y que Kurt Cobain utilizó para su nota de suicidio): "Es mejor quemarse que extinguirse lentamente". |
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