Temporada de la Orquesta Nacional de España
Espléndido Zimmermann
Por Jorge Barraca Mairal
Temporada de la Orquesta Nacional de España.
Concierto 18 (Ciclo II).
Frank
Peter Zimmermann, violín.
Josep Pons, director.
Orquesta Nacional de España.
Programa:
W.A. Mozart: Conciertos para violín y orquesta núms. 1, 4 y 5 (K. 207, 218 y 219); F.
Sor: Hercule et Omphale, obertura; V. Martín y Soler: Una cosa rara, obertura.
Auditorio
Nacional. Sala Sinfónica (Madrid), 1-IV-06.
En su ciclo II, la Nacional nos regaló un bellísimo concierto que tenía como
principal atractivo la actuación en solitario del joven violinista alemán Frank Peter
Zimmermann, una estrella del arco que está desarrollando una carrera tranquila, sin estridencias,
donde los resultados artísticos —y no la imagen— son las auténticas armas.
Y es que atreverse a tocar en un único
concierto tres obras tan comprometidas como los conciertos para violín y orquesta 1, 4 y 5 de
Mozart representa un reto que muy pocos están dispuestos a asumir hoy por hoy; supone estar sobre
el escenario tocando sin interrupción prácticamente hora y media. Las páginas de
Mozart pueden parecer, en principio, fáciles de abordar, dada su claridad y su limitada extensión;
sin embargo, no hay que engañarse: están plagadas de dificultades y cualquier nota en falso
rechina mucho más que en un concierto romántico, barroco o contemporáneo.
Zimmermann se compenetró fantásticamente
con la orquesta y con Josep Pons, que también estuvo muy atento al solista para servirle a lo
largo de las tres obras. Las reducidas dimensiones de la plantilla de la ONE, que actuó casi exclusivamente
con la sección de cuerdas, recreó y ambientó de la manera adecuada la interpretación
de las obras.
Particularmente brillante resultó la
versión del K. 219, el concierto conocido como “Turco”, por el que el alemán
transitó con una gracia particular, dibujando un Rondeau lleno de imaginación y fantasía.
Perfectamente disculpables son algunos borrones o ataques no siempre limpios en una ejecución
de tal extensión. En suma, un homenaje realmente comprometido para conmemorar el 250 aniversario
del nacimiento de Mozart. Ojalá todas las festividades organizadas para celebrar al genio salzburgués
tuvieran esta calidad y esta lógica: ofrecer un buen surtido de sus obras con la máxima
garantía.
Para completar el concierto —y
dar un poco de respiro a Zimmermann— Pons dirigió con suma corrección dos páginas
poco habituales de Fernando Sor y Vicente Martín y Soler, a quien el mismo Mozart recordó,
no lo olvidemos, en el acto final de su inmortal Don Giovanni. Son obras donde pudimos comprobar
la calidad de estos dos músicos españoles que, por desgracia, tuvieron que salir fuera
de nuestras fronteras. Al menos hoy aquí los festejamos.
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