Artes Hoy
 
Buscar en Arteshoy

Erik Satie: Cuadernos de un mamífero

Editorial Acantilado. Barcelona 2006. 179 páginas.

Ironías simplificadas

Por Arancha Oña Santiago

Erik SatieErik Satie fue más que un sapiens de su tiempo. Su excentricidad superó encasillamientos temporales y le convirtió en profeta y precursor de un gran número de movimientos a pesar de su frase: "El satismo no puede existir. Me mostraría hostil a él". Creador de la música mobiliario, esa música "industrial" de necesidades útiles destinada a formar parte del ambiente, y de ingeniosas composiciones atonales y amétricas, entre otras, también destacó como escritor de textos irónicos y un tanto surrealistas que acompañaban a su geometría musical. Cuadernos de un mamífero es una obra que recoge esos escritos disonantemente lógicos de afinadas metáforas, cáusticas analogías y estridente semántica que se desenvuelven entre el blanco y negro del registro de su piano.

Fue una persona de espartanas y extrañas costumbres, desbordante creatividad y minucioso rigor, que sometió la realidad a su irónica perspectiva. Desde la libertad, con imaginación y voluntad se reveló contra la estética y semántica heredada del romanticismo, y creó a través de su pensamiento divergente su propia identidad y estirpe de familia. Se concebía como un hombre serio y cuando se reía, muchas veces lo hacía sin intención y pedía perdón. Aunque algunos veían en su humor una máscara que escondía lo que ellos consideraban una limitada técnica, este gran compositor y pianista, quien se concebía a sí mismo más como medidor de sonidos que como músico, estaba siempre al acecho de nuevas combinaciones melódicas y armónicas, un verdadero artista de estética independiente.

Entre sus escritos, los que aquí se recogen están asociados a su música, los hay de todo tipo. Algunos de ellos iban dirigidos única y exclusivamente al intérprete y no podían ser revelados al público, recogiéndose así un corpus de divertidas indicaciones de carácter musical como: "con el rabillo del pensamiento”, “como un ruiseñor con dolor de muelas”, “de lejos y con aburrimiento”...otros, fueron publicados y dados a conocer en revistas y prensa de su tiempo bajo títulos como Cuadernos de un mamífero y Memorias de un amnésico. Liderados por inscripciones tan surrealistas como Sonatina burocrática, Los glóbulos aburridos y Embriones secos, entre otros, subyacen una serie escritos individualistas que no se sujetan a una línea argumental básica que no sea la de la realidad sometida a la sátira, la caricatura y el absurdo. Interpretados por una música exóticamente colorista de apariencia sonora ingrávida y sin resolución, divagan en busca de una independencia armónica en la que anidan la razón individual y la ironía universal.

Con una textura espléndida y rebuscadamente simple, Erik Satieuna sintaxis y una semántica literaria a veces acorde a la musical, Satie se desarrolla como un compositor y escritor de espléndida creatividad y gran audacia, capaz de hurgar en el inconsciente conectando armónicos y realidad. Sus obras, quintaesencias de ambigüedad y ocultos paralelismos no sólo musicales, son combinaciones de inocentes significantes y serios significados cargados de una tensión subjetiva que se expresa ingeniosamente en la disonancia.

El presente libro, dirigido e introducido por Ornella Volta con ilustraciones de Charles Martín y traducido por M. Carmen Llerena, recoge una fantástica recopilación de atómicos escritos y acertadas notas complementarias, así como la Vida y obra de Erik Satie comentada por el mismo señor, un artista de pretensiones naturales e inquietudes místicas, un gran estudioso de la cultura medieval, miembro de los rosacruces y fundador de su propia iglesia. Un hombre de quien se dice que se lavaba con piedra pómez, únicamente comía comida blanca y no hablaba mientras lo hacía por miedo a morir asfixiado. Todo un derroche de genio e ingenio capaz de crear y concebir una obra como Vexations, una composición destinada a ser interpretada 840 veces y ejecutada íntegramente por primera vez por John Cage, quien después de 18 horas y 40 minutos de concierto se fue a dormir; cuando se despertó, parece ser que dijo que el mundo parecía diferente.

 

«

Home

Literatura
Arte
Música
Miscelanea
Noticias

Números anteriores

Quienes somos
Contactar


© ArtesHoy.com - Todos los derechos reservados