Mercedes Encabo. Retrospectiva
Centro Cultural Huerta de la Salud. Silo de Hortaleza.
Madrid del 30 de marzo
al 30 de abril de 2006
Por Julia Sáez-Angulo
Mercedes Encabo Recuero (Madrid, 1975) terminó hace pocos años la licenciatura en Bellas
Artes en la Universidad Complutense. Actualmente imparte clases de dibujo en el Instituto de Educación
Secundaría Giner de los Ríos, aunque su deseo es poder dedicarse algún día
por entero a la tarea de pintar.
Sabe que la pintura es un arte poderosa y requiere una indagación continua para lograr objetivos
sobre la marcha. Le dedica horas del sueño y del fin de semana para una producción
generosa como muestra esta retrospectiva bajo el título de “Miscelánea”.
Paisajes urbanos y rústicos, además de animales destacan en su conjunto, siempre
de modo libre, abierto, componiendo de modo expresionista, con trazos resolutivos.
Encabo, que recibió dos becas: de la Comunidad de Madrid para dos proyectos, ha ganado varios
primeros premios de pintura: Premio Guadalupe (Madrid); Premios C Iberia; Premio Talens; Juan Barjola
; printura rápida en Trijueque; Barajas y Diputación de Alicante., además
del Primer Premio Galería Caja Madrid Casarrubuelos (Madrid) de escultura.
Pintora de rica paleta resuelve en fríos azules sus paisajes abisales o se lanza a la gama
española de los rojos y negros, pasando por los ocres y pardos en paisajes otoñales
o urbanos. Le gusta representar la naturaleza y la pinta siguiendo el pulso de sus emociones o
su propia vida. Un viaje a Egipto le sirvió para dejarse empapar por la belleza de la forma
de los animales y al volver los representó con lenguaje abierto y sintético.
Trabaja los pigmentos, principalmente el acrílico y la acuarela. Licua la materia o la empasta
según el tema. A veces se deja influir por los signos del aspa o la flecha a lo Tàpies
o Agustín Úbeda, pero también resuelve con algunos propios como una presilla,
un muelle o una escalera de palos en algunos de sus lienzos.
El Silo de Hortaleza, situado en el Centro Cultural Huerta de la Salud, es un edificio emblemático
del barrio, desde cuya cima circular, se divisa toda la línea del cielo de Madrid. En una
espiral de bajada, se pueden ir contemplando los cuadros de Mercedes Encabo, casi medio centenar
que muestra una trayectoria de unos diez años, que da fe del buen quehacer plástico
de esta pintora. Un edificio que ha sido reacondicionado con inteligencia.
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