Bernard Buffet, Geometría Triste

Por Alberto López Echevarrieta

Considerado como uno de los grandes impulsores del Expresionismo francés, el pintor y grabador Bernard Buffet (París, 1928 - Tourtour, 1999) tuvo una primera etapa creativa claramente influida por las consecuencias de la II Guerra Mundial. Ruinas, racionamiento y crueldad fueron los ingredientes que llegaron a su paleta para plasmar un universo parcialmente tétrico.

La exposición de 23 obras suyas fechadas entre 1947 y 1959, acusan la utilización de tonos oscuros -negro y toda la gama de grises- en la creación del mundo de un joven que ve el porvenir con colores sombríos. Esta primera etapa del artista cambia notoriamente en la década de los años 50 en la que realiza una de sus obras más conocidas, "La cafetera azul", con este utensilio dominando el cuadro, pero con un acabado de descuidados brochazos a su alrededor.

Buffet utiliza la geometría todos sus trabajos, bien sean de paisajes o de personas. Es muy conocido "El puerto de La Rochelle", un óleo sobre lienzo de 89x146 cms., que parece tratado con regla y cartabón. Estos trazados tan lineales hicieron que su labor fuera muy discutida. Hubo quien aseguró que se trataba de un "bluff" contrarrestando la opinión de muchos que apuntaban en él visos de genialidad.

Los paisajes que presenta carecen de fantasía y a los humanos les da formas angulosas. Todo ello presidido por una sobriedad notoria que denota muchas veces sensaciones personales. Nadie le puede negar, eso sí, que su cualidad principal no fue la de sorprender, sino la de comunicar.

La mayor parte de sus cuadros -pintó cerca de 3.000- se encuentra en colecciones japonesas. El resto se guarda celosamente en un museo que se le ha consagrado en la localidad de Surugadaira, en las proximidades de Tokio.

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