Una Encomiable Postura Solidaria
por Alberto López Echevarrieta
Los trabajadores del Museo Marítimo de Barcelona muestran su solidaridad con los refugiados que acceden a Europa en pésimas condiciones y denuncian la situación creada con la postura de los políticos. Lo hacen mediante una exposición que han montado en el hall de su centro de trabajo situado en la drassanes, los antiguos astilleros de la Ciudad Condal.
Llama la atención que un colectivo de trabajadores se posicione de forma tan contundente, ya que resulta imposible obviar la postura por el privilegiado lugar en que se encuentra la muestra y la leyenda en tres idiomas –catalán, español e inglés- que la hacen perfectamente comprensiva a los visitantes.
En un enorme panel a nivel de suelo podemos leer:
“Como europeos estamos avergonzados e indignados. Miles de personas intentan llegar a nuestra casa huyendo de la guerra que se vive en sus países de origen, Siria, Irak o Afganistán, y Europa es incapaz de acogerlas en nuestros territorios. De esta manera destruye los valores solidarios y humanitarios que han caracterizado a nuestro continente.
Europa es mucho más que un parlamento o una comisión. Europa somos las personas. Las que vivimos en ella y las que quieren vivir en ella. Y ante la indiferencia generalizada en este caso, queremos expresar nuestro rechazo y nuestro compromiso con los hechos que están sucediendo, y en colaboración con la ONG Proactiva Open Arms, que ha ayudado a llegar a Europa a más de 150.000 personas, queremos mostrar el trabajo que están haciendo estas personas que salvan personas, y que hacen suyo el verdadero espíritu europeo”.
La postura de estos trabajadores me ha llamado la atención y por eso quiero plasmar su gesto. No siempre se encuentra una labor colaborativa voluntaria de estas características que pretende complicar con su mensaje a cuantos visitantes pasan por el Museo. Denuncian una situación inhumana y a la vez tratan de hacer partícipes a cuantos pasan por aquel recinto. Para ello han habilitado un panel en el que se puede dejar escrito el pensamiento al respecto de cuantos sienten una preocupación por el tema. También existe un buzón para apoyo económico e ideológico.
Sobre el enorme panel del suelo cuelga una lancha salvavidas de la que penden decenas de salvavidas personales. El conjunto no precisa cartel explicativo alguno, como tampoco los cientos de mensajes que penden del panel en el que cada uno puede expresar su opinión.
Lo siento, pero esta vez me ha llamado más la atención el gesto de estos trabajadores que la excelente exposición temporal del interior en torno a las pérdidas sufridas por los buques de la Marina Mercante española durante la I Guerra Mundial. Y así lo hago constar.