Discos
por Xavier Valiño
CHARLES BRADLEY: Changes (Daptone-Popstock!)
Hasta que Daptone Records llamó a su puerta, el ex cocinero Charles Bradley malvivió durante muchísimo tiempo en las calles, presenció como su hermano era asesinado, cuidó a su madre durante su niñez y vivió mil situaciones caóticas. A sus 67 años publica su tercer álbum, tras No Time for Dreaming (2011) y Victim of Love (2013).El disco, producido de nuevo por Thomas Brenneck y que cuenta con miembros de bandas como Budos Band, The Dap-Kings o su banda de acompañamiento The Extraordinaires, además de sus siempre fieles Menahan Street Band, con los que que grabó los discos anteriores, toma el nombre del tema “Changes”, versión del grupo pionero del hard-rock Black Sabbath. Con la colaboración de las coristas Saun & Starr, Sha La Das y The Gospel Queens, su tercer disco lo confirma como el mejor exponente actual del soul y el rhythm & blues más clásico, desgarrado, sudoroso y triste. Muchos quilates, mucho dolor.
IGGY POP: Post Pot Depression (Universal)
Iggy Pop concibió en enero de 2015 un proyecto de colaboración con Josh Homme (Queens of the Stone Age, Eagles of Death Metal), que se fue concretando a través de mensajes de texto, notas, maquetas, letras y poemas enviados por correo electrónico. Después, durante tres semanas se encerraron en el estudio de Homme en Joshua Tree (California), para grabar Post Pop Depression, con la colaboración de Dean Fertita (The Dead Weather) en guitarras y teclados, y Matt Helder (Arctic Monkeys) a la batería, en un álbum que ambos financiaron de su bolsillo.Su título hace referencia al carisma y magnetismo de Pop, que caló sobre los tres músicos que entraban en “un estado de depresión y de tristeza” cada vez que el cantante abandonaba el estudio. The Idiot y Lust For Life, cumbres de Iggy Pop de 1977 registradas junto a David Bowie, son la referencia más clara para el que resulta ser el proyecto más interesante editado por el cantante en bastante tiempo.
MODULAR: Fuga al paraíso (Elefant)
A veces es realmente llamativo como hay grupos capaces de reinventarse, independientemente de haber llevado hasta el momento una carrera longeva o un sonido reconocible. Pero más sorprendente resulta cuando lo hacen sin traicionar su propia esencia. El nuevo disco de Modular está lleno de impecables melodías pop marca de la casa, una buena colección de sintetizadores analógicos, y esa cierta marcialidad que les otorgaban sus influencias kraut.Fuga al paraíso está lleno de impecables melodías pop marca de la casa, una buena colección de sintetizadores analógicos y esa cierta marcialidad que les otorgaban sus influencias kraut. Es, sobre todo, un disco en el que predomina el baile, un homenaje a la música disco de los años 70, aunque a la manera de Mariana Badaracco y Pablo Dahy, como no podía ser menos: es decir, con mucho pop, ritmos motorizados de ascendencia germánica, algo de lounge music, toques sabadabada y mucho ingenio. Después de tres lustros, la banda sigue sin perder su capacidad inabarcable de imaginar, de crear universos inexplorados, de organizar viajes espaciales a través de la inspiración pop.