«Zenobia Camprubí. Mujer y Escritora»
por Julia Sáez-Angulo
Conferencia de Francisco de la Torre en la Casa Castilla-La Mancha
Zenobia Camprubí. Mujer y Escritora fue el título de la conferencia del escrit en el salón de actos de la Casa Castilla-La Mancha en Madrid, como introducción a la Semana de la Mujer Trabajadora, que tiene su día internacional el 8 de marzo.
La escritora Carmen Gracia hizo la presentación del conferenciante, licenciado en Derecho y autor de dieciocho libros jurídicos, volcado en la literatura como poeta, narrador, ensayista, articulista y buen experto en el poeta Garcilaso de la Vega, nacido en su mismo pueblo natal. “Yo me siento visceralmente poeta”, dijo Francisco de la Torre y Díaz-Palacios (Madrid, Cuerva. Toledo, 1944).El conferenciante recorrió, desde la infancia, la biografía de Zenobia Camprubí Aymar (Malgrat de Mar, 1887 – San Juan de Puerto Rico, 1956), escritora, traductora y esposa del poeta Juan Ramón Jiménez, quien recibió el premio Nobel el mismo año de la muerte de su mujer. Un premio que debió haber sido compartido, según palabras del mismo poeta.
Francisco de la Torre recordó la importancia de la traducción de la poesía de Rabindranath Tagore por Zenobia, si bien Juan Ramón le daba la versión poética. Resaltó la amistad de la escritora con diversas mujeres intelectuales de la época en Madrid, relacionadas con la Residencia de Estudiantes –donde conoció ella a Juan Ramón- como María Goyri, Cristina de Arteaga o María Martos.
Fue feminista moderada, como su amiga Mercedes Fórmica, cuyo busto ha sido retirado por el alcalde de Cádiz, Kichi, del partido Podemos, algo que ha merecido el reproche y censura del conferenciante, ante el día de la Mujer Trabajadora, por cuanto Fórmica fue una mujer que reclamó derecho y funciones públicas para la mujer española. Solo la ignorancia puede hacer algo así.
Zenobia Camprubí hizo una gran labor en pro de la artesanía española en todos los campos, hasta el punto de abrir, junto a otras mujeres, un establecimiento para su promoción y venta en Madrid. Fue una excelente y prolífica articulista, tarea con la que se ganaba la vida, al igual que con las traducciones y la clases, hasta el punto de sostener la casa en los momentos en que Juan Ramón percibía menos ingresos.
Ella mantuvo siempre un cariño de esposa y una diligencia de secretaria para el poeta de Moguer. Amó a Juan Ramón tanto como él necesitó; lo amó conociendo sus defectos de hombre neurótico, depresivo y egoísta. También elogió sus virtudes de hombre desprendido, austero y generoso. Ella supo entregarle voluntariamente su energía, cediendo su propia creatividad literaria, que hubiera podido alcanzar cotas mayores.
La guerra civil española llevó al matrimonio de Juan Ramón y Zenobia a América, donde ella padeció un cáncer de útero, que la llevaría a la muerte sin conocer el premio Nobel que recibiría su marido.
Zenobia fe una gran lectora y poeta, amiga de poetas, a través de Juan Ramón. Una mujer que, al decir de Inmaculada de la Fuente, en su biógrafa: Zenobia, al casarse no elaboró un destino literario personal, sino que consciente y libremente renunció a él por el amor al poeta Juan Ramón.