Elena Sierra: «Nicolás Mª de Urgoiti, castillos de papel»
por Alberto López Echevarrieta
Muelle de Uribitarte Editores y Bilbao 700. 164 págs.
La serie literaria Bilbainos recuperados que publica Muelle de Uribitarte Editores y Bilbao 700, recupera la figura de Nicolás María de Urgoiti, un hombre que consiguió unir a todas las industrias papeleras españolas creando el macroimperio de La Papelera Española y pasar después al mundo empresarial periodístico fundando El Sol, La Esfera, Mundo Gráfico, Nuevo Mundo y otras publicaciones, amén de editoriales como Espasa Calpe. Es decir, hizo papel y lo supo emplear bien. Fue un hombre con una gran capacidad de trabajo y con algunos claroscuros en su trayectoria profesional. El libro Nicolás María de Urgoiti, castillos de papel descubre su personalidad.
Empresario atípico
A Nicolás María de Urgoiti se le considera bilbaíno, aunque nació en Madrid en 1869, tanto porque fue en las inmediaciones de la capital vizcaína donde desarrolló la mayor parte de su carrera como por ese dicho popular de que los bilbaínos podemos nacer donde nos da la gana. Bromas aparte, Nicolás hizo sus primeros estudios en la localidad guipuzcoana de Tolosa y los de Ingeniería de Caminos en Madrid. Tras su boda con una prima se trasladó al Valle del Cadagua, en Bizkaia, para trabajar en la Fábrica de Papel. Gracias a su gestión se consiguió la fusión de todas las papeleras del país para formar La Papelera Española.
“Tenía, sin embargo, un concepto distinto al de otros industriales del gremio, señala su biógrafa Elena Sierra. No le bastaba la fabricación del papel, empeñándose también en transformarlo en periódicos y libros. Es curioso que un hombre tan meticuloso como éste para los negocios emprendiera estos derroteros en una época en que había doce millones de analfabetos en España. Quiere decir esto que el número de lectores existentes en el país era escasísimo”.A través del libro nos enteramos también de que Urgoiti no sólo transforma la pasta de madera en papel, sino que intenta plantar árboles para crear el ciclo completo, algo que por entonces no se había planteado. De su lectura se deduce que laboralmente iba contracorriente y que sus ideas eran entonces tan atrevidas como discutidas. Por ejemplo, que los beneficios de la empresa se repartieran entre los trabajadores, que las mujeres votaran, que se ampliara la educación libre en la enseñanza y que debía haber una dicotomía entre Iglesia y Estado. Urgoiti, que venía de una familia carlista, era un hombre muy viajado y de ahí que tuviera su punto revolucionario.
Amigo de Ortega y Gasset
Se codeó con los grandes pensadores de su tiempo, especialmente con Ortega y Gasset, de cuyas conversaciones nació la idea de dedicarse al periodismo. Fundó el periódico El Sol, toda una referencia para quienes intentaban cambiar las cosas. No es que fuera un gran ideólogo, pero tenía sus inquietudes. “A pesar de que vivía en un entorno muy conservador, era muy moderno para su época”. Creó Prensa gráfica, la sociedad anónima que agrupaba también a La esfera, Mundo gráfico y Nuevo mundo desde su sede en Hermosilla 57, de Madrid. A él se debe también la creación de la editorial Espasa-Calpe. Las firmas más cotizadas se daban cita en aquellas páginas que hoy en día son la esencia del periodismo español. En sus escritos se encuentran frases que se nos antojan lapidarias y ejemplares: “No se debe utilizar el periódico para apoyar a los amigos”.Nicolás mantiene sus ideas y llega a poner en juego su vida al retar en duelo a un periodista. Sin decir nada a su familia, se presenta en el terreno elegido y se baten para dirimir quién tiene razón. En época de la I Guerra Mundial, por ejemplo, va a contracorriente de la opinión pública más extendida y critica duramente la actuación de los alemanes, dando pie a arduas discusiones. “Cuando Urgoiti monta ‘El sol’, a finales de 1917, es recibido en Madrid con mucha prevención por su conexión vasca, es decir, porque el origen del dinero era vasco. Por aquella época, entre otros hitos, los principales bancos instalaron allí sus sucursales, Horacio Echevarrieta y su dinero hicieron posible el proyecto de la Gran Vía madrileña, y el Banco de Vizcaya aportó el 50% del capital necesario para la construcción del Metro de Madrid… Los vascos, los bilbaínos, estaban por todas partes, en todos los negocios. Y con ellos, Nicolás María de Urgoiti”, señala la biógrafa.
Sombras de una vida
Todo este trajín tuvo también su parte negativa. Urgoiti, gran gestor y todo un triunfador, sufre unas presiones tales que en dos ocasiones le llevan al intento de suicidio. Hay dos etapas de su vida en que desaparece por completo, sobre todo entre los años 1931 y 1945. La pérdida de control de El sol durante la República le afecta de forma determinante. Sufre una amnesia. No recuerda nada de lo que le ocurre en ese período vital y empieza su declive. “El fracaso social fue su propio fracaso personal”, señala Elena Sierra.
Como puede apreciar el lector, estamos ante la biografía de un hombre muy activo que realizó una obra muy interesante en una época convulsa de nuestra historia cuyo recreo memorístico, o descubrimiento, beneficia a todos. El libro está ilustrado a color y blanco y negro, y se complementa con un último capítulo dedicado a Ricardo Urgoiti, hijo de Nicolás, que prosiguió de alguna forma la obra de su padre ampliando el círculo comunicativo a la emergente radio y al cine. Creó Unión Radio, germen de la Cadena SER, e incidió en el cine sonoro con la fundación de Filmófono, productora que tuvo en Luis Buñuel a uno de sus principales supervisores.