Discos
por Xavier Valiño
JAMIE XX: In Colour (XL)
Además de ser uno de los tres vértices de The xx, banda que ha revolucionado el pop actual con un sonido altamente sugestivo, en gran medida gracias a las bases sonoras que proporciona el propio Jamie, este tiene una más que prometedora carrera en solitario. Tras su revisión de “Rolling In The Deep” de Adele, Jamie XX remezcló entero el último disco que grabó en vida Gil Scott-Heron, We’re New Here, convertido ya en uno de los DJs y productores más admirados del mundo.
Su primer álbum en solitario incluye canciones que ya conocíamos, como “Girl”, “Sleep Sound”, “Loud Places” (con su compañera en The xx, Romy Madley Croft) o “Gosh”. In Colour también incluye las colaboraciones de Oliver Sim (The xx), Four Tet, Young Thug o Popcaan, convirtiéndose desde ya en uno de los trabajos imprescindibles de la electrónica del nuevo milenio.
XOEL LÓPEZ: Paramales (Esmerarte)
Aunque sea el décimo tercer disco de su trayectoria, no es más que el segundo que Xoel López firma con su nombre tras Atlántico. En esta ocasión, Xoel asegura que ha hecho un disco más rockero, “sin ser un disco de rock”. En el álbum toca él casi todos los instrumentos, siendo la mayor colaboración en las percusiones: Andrés Litwin (Depedro), David ‘El Indio’ (Vetusta Morla), Fernando Lamas y Roberto Lozano (Deluxe, Coronas, Corizonas). Puntualmente también participaron en la grabación Lola García Garrido, Miguel (Maga, De La Cruz), Iván ‘Chapo’ (M Clan, Amaral), Nacho Mastretta y Campi (Jorge Drexler).
En el álbum, más heterogéneo que el anterior, conviven ritmos colombianos con sonidos setenteros o guitarras españolas. Hay fusión, como siempre, pero es una mezcla si cabe mucho más dispar que Atlántico, con ritmos tribales, guitarras eléctricas y algo de electrónica, incluyendo también su primera canción en gallego, “A serea e o mariñeiro”, una de sus cimas a ritmo de batucada.
HOT CHIP: Why Make Sense (Domino)
Hot Chip han ido poco a poco asentándose en la música actual sin llamar demasiado la atención pero sin cejar en su empeño. De hecho, llegan ya a su sexto álbum, grabado en Oxfordshire y Londres y producido por Mark Ralph y la propia banda. En este caso presentan un álbum que cuenta con una portada que será única en cada copia variando el color, diseñada por Nick Relph.
Con Alexis Taylor y Joe Goddard al frente, su nuevo álbum mantiene la característica de los anteriores, con varios singles y alguna otra canción para el recuerdo. Ahí están de nuevo esas sofisticadas melodías y esos ritmos tan bailables, temas donde se fusionan géneros tan dispares como el disco, el funk y el tecno al más puro estilo de finales de los años 70 y principios de los 80, un pop dinámico y contagioso que también recrea en ocasiones las baladas típicas del soft-rock sin complejo alguno.
SARAH CRACKNELL: Red Kite (Red Cherry)
Han pasado 18 años desde su debut, aquel álbum titulado Lipslide. Seguramente, con Saint Etienne más o menos activos durante este tiempo, Sarah Cracknell no necesitó darle rienda suelta a las canciones que iba componiendo. Pero ahora que se edita su segundo trabajo en solitario, Red Kite, es cuando se echa de menos que no lo hubiera hecho antes y que no hubiera habido más. El álbum tiene un sofisticado ambiente pastoral, a partir del clásico pop de los años 60, en canciones coescritas por ella salvo una versión, “The Mutineer”.
Grabado en Oxfordshire y Cardiff, lo más relevante es la coproducción de Carwyn Ellis (Colorama), que le va como anillo al dedo. Triste, silencioso y repleto de cuerdas y teclados, canciones como “On the Swings” o “It’s Never Too Late” recuerdan a los 60. Y aunque puede evocar a su grupo en “Hearts Are for Breaking”, el disco tiene también country-rock (“Nothing Left to Talk About”), folk (“Take the Silver”) y sonidos mods (“I’m Not Your Enemy”). Debería saber que la esperamos de nuevo cuanto antes.
LOS NEGATIVOS: Duplexin (Butterfly-Geyser)
Después de la edición del single “A tumba abierta / Turmix”, el pasado mes de febrero, la banda mod-psicodélica por excelencia de la escena barcelonesa de los 80 regresa con su sexto álbum, Duplexin. En él recogen 14 nuevas canciones que sumergen en una incansable búsqueda de colores, sonidos y sueños psicodélicos en el que los los célebres cerdos violetas continúan flotando y levitando en su picnic particular. Aunque el guitarrista Alfredo Calonge participó en su gestación, falleció antes de verlo editado. Entre su legado destaca, por ejemplo, “Como Michael Caine”, un soul-pop arrollador arropado por brillantes metales y letras en el mejor estilo del grupo repletas de referencias pop. Mezclado por Enric Lindo, quien ya había colaborado con la banda en su álbum más recordado, Piknink Calidoscópico (Victoria, 1986), su nuevo trabajo bien puede considerarse a la altura de aquel.
WILCO: Star Wars (dBpm)
Publicado en su propio sello, el noveno disco de los de Chicago llegó inesperadamente a mediados de julio publicado en su propia web… en descarga gratuita (limitada a un mes). El ruido mediático provocado por la sorpresa pilló a todos a contrapié. Una vez superada, otra sorpresa esperaba en los surcos del álbum: no había más que escuchar el corte que lo abría, “EKG”, desestructurado, corto, abrupto, con riffs de guitarra angulosos, para darse cuenta de que la banda no quería repetirse. En lugar de las canciones más adocenadas de los últimos tiempos, Wilco han decidido hacer canciones más rabiosas, urgentes, pesadas, y combinarlas con otras minimalistas y cercanas incluso al espíritu del White Album de The Beatles. Sí, perderán parte de los seguidores que habían conseguido últimamente y seguramente no tengan aquí muchos clásicos a añadir a su repertorio, pero al menos se reivindican como un grupo con nervio, ideas e intención de seguir creando sin importar las consecuencias.