Donaciones al museo de Bellas Artes de Bilbao
por Alberto López Echevarrieta
Setenta y seis obras de arte por un valor total de más de 620.000 euros han sido donadas recientemente al Museo de Bellas Artes de Bilbao. Figuran entre ellas trabajos de Gonzalo Chillida, Federico de Madrazo, Ricardo Baroja, Vicente Ameztoy y Andrés Nagel. Hay escultura, grabado, carteles, pintura… “No es fácil sintetizar el volumen de las donaciones”, ha dicho Javier Viar, director de la pinacoteca vasca en la presentación que ha hecho a los medios informativos del maravilloso legado. “Es un verdadero maná que viene estupendamente a este museo, uno de los principales del Estado”, ha señalado Ibón Areso, alcalde de Bilbao.
Lo que se nos ha mostrado en esta ocasión es una parte del conjunto total, ya que su catalogación, por compleja y variada, resulta muy laboriosa. Hay una cosa clara: Todo el material es de notable interés. Sólo de Marta Cárdenas se han recibido 295 trabajos sobre papel y 55 cuadernos que conformarán una próxima exposición dedicada a esta artista donostiarra. De Alberto Arrúe 36 pinturas y 166 obras sobre papel que constituyen los bocetos de lo que luego pasaría al óleo. De Mari Puri Herrero encontramos cuatro planchas y tres estampas, un aguafuerte y una plancha de grabado en cobre. Finalmente, de Carlos Sáenz de Tejada dos dibujos que nos retrotraen a la Guerra civil.
Posiblemente los cuadros más espectaculares que forman parte de las donaciones sean estos tres óleos sobre lienzo “Retrato de la condesa de Bernar” (1857), realizado por Federico de Madrazo, el gran retratista de su época; “Retrato de caballero” (1861), obra del donostiarra Luis Brochetón; y “Los amigos deVera” (1914), de Ricardo Baroja, que tiene como curiosidad la presencia identificable de destacadas figuras de la vida social de su tiempo, incluido el escritor Pío Baroja en el centro de un cuadro cuyo gran tamaño resulta inusual en el artista.
Tres obras de Gonzalo Chillida acaparan la atención, dos bodegones y un cuadro abstracto. Todas ellos dan una idea de cómo trabajaba este pintor tan poco vinculado a las tendencias de sus contemporáneos y dotado una enorme personalidad que lo encuadra entre los más grandes figurativos de la pintura. Los bodegones, extraordinarios, tienen un punto ascético que nos hace recordar a Zurbarán. Estas donaciones han llegado acompañadas de 4.500 obras del mismo autor para ser depositadas en el museo.
Un cuadro con historia es el titulado “Poxpolinas” (1977-1979), óleo de Vicente Ameztoy en el que las figuras centrales son dos ejecutantes de bailes típicos vascos con sus caras semiborradas. Están ubicadas en Somorrostro (Bizkaia), con Petronor de fondo, la playa de La Arena y la licencia del autor de incluir al Cristo del Monte Urgull donostiarra. Este cuadro formó parte de un movimiento reivindicativo que hubo contra la invasión de pinus insigne, siendo uno de los más reconocidos en su género.
La donación se enriquece con la inclusión de 34 obras de gran formato en relieve de Andrés Nágel, entre ellas dos esculturas, todo ello de gran importancia y sobre todo volumen. Hay también cuarenta carteles que formarán parte de la exposición “Mensajes desde la pared” que la pinacoteca vasca tiene previsto inaugurar el próximo 6 de octubre y en la que figurarán asimismo otros 200 ejemplares de la colección particular del museo.