“Susannah”, primer estreno de temporada de Abao
por Alberto López Echevarrieta
Palacio Euskalduna de Bilbao, 16, 19, 22 y 25 de octubre de 2010
Cuando se habla de ópera norteamericana surgen siempre los títulos de “Four Saints in Three Acts”, compuesta por Virgil Thompson en 1934, y el ya emblemático de “Porgy and Bess”, de George Gershwin de 1935. Posiblemente esta última obra sea la más representativa, a pesar de que cuando se estrenó en el Alvin Theatre de Nueva York no consiguió un éxito extraordinario. La ópera, sin embargo, se mantuvo toda la temporada, siendo luego representada en muchos países. Resultaba difícil para los aficionados al género admitir un trabajo lírico de estas características, ya que ninguno de los artistas de la compañía de color había cantado antes una ópera, la mayoría de ellos no había trabajado en un escenario y muchos no sabían leer música, teniendo que aprender su parte de oído.
El protagonismo de un marginado tampoco ayudó a interesar “a priori”, pero Gershwin supo ganarse al público creando canciones como “Summertime”, “A woman is a sometime thing” u “Oh, I got plenty o’nuttin” que, en las voces de intérpretes que nada tenían que ver con la ópera, las hicieron tremendamente populares.
El primer estreno de la temporada de ABAO (Asociación Bilbaina de Amigos de la Ópera) incide en la música norteamericana con un título moderno, “Susannah”, un drama musical en dos actos original de Carlisle Floyd (1926) cuyo libreto está basado en el texto apócrifo “Susana y los viejos”.
La acción se sitúa en el Valle de Nueva Esperanza, en las montañas de Tennessee, en una semana de julio de los años 50, donde se ubica una comunidad de humildes cristianos fundamentalistas regidos por un severo predicador evangelista itinerante.
Allí vive Susana, una atractiva joven huérfana de 18 años, que es motivo de envidia por parte de las esposas de los ancianos de la comunidad y objetivo de la lujuria de estos. El rechazo que les hace la muchacha provoca la suelta de dimes y diretes en torno a su inocencia. El asunto se complicará hasta un final en el que Susana, sola y armada con un fusil, se verá rota y excluida.
Floyd ha confesado que lo que más le atrajo de este texto eran los personajes, esos lujuriosos ancianos que espían a la honrada Susana mientras ésta se baña, para acusarla de adulterio cuando ven rechazados sus deshonestos propósitos. La raíz de toda la historia descansa en un pasaje bíblico al que el compositor tornó el final introduciendo a un juez honrado.
La obra fue estrenada en la Universidad de Florida el 24 de febrero de 1955, iniciándose así un interesante recorrido por los principales centros operísticos del mundo. Hay en ella alusiones a la música popular americana de los Apalaches, cuando aparece en escena el clásico “fiddler” que, apoyando el violín en el pecho y con el mástil hacia abajo, se arranca con un sonido muy poco frecuente en el mundo de la ópera y que recuerda a todas esas danzas rurales norteamericanas que tantas veces hemos visto en el cine.
El reparto que Abao ha preparado para esta versión, producida por la Lyric Opera of Chicago y la Houston Grand Opera, está encabezado por una artista singular, la gran soprano norteamericana Latonia Moore que goza de un palmarés extraordinario. La “Aida” que recientemente ha hecho en Hamburgo ha sido tan considerada por crítica y público como su protagonismo de la última versión de “Porgy and Bess”. Latonia, conocida y aplaudida en Bilbao en ocasiones anteriores, es poseedora del Premio María Callas por la magnífica Micaela que hizo en la “Carmen” que montó la Ópera de Dallas.
En el principal papel masculino encontramos a Stuart Skelton, que debuta en la capital vizcaína tras triunfar en las óperas de Seatle, San Francisco, París, Hamburgo, la Metropolitan… con obras tan difíciles como “Lohengrin”, “Rienzi”, “Parsifal”, “Peter Grimes”, etc. Existe una expectación en torno a este tenor cuya belleza tonal y fuerza dramática son sus principales bazas artísticas.
El reparto se completa con James Morris, Cosmin Ifrim, Miguel Sola, Vicenç Esteve, José Ruiz, Richard Wiegold, Silvia Beltrami, Jessica Julin, Julia Faulkner y Mette Ejsing. Interviene la Orquesta Sinfónica de Euskadi y el Coro de Ópera de Bilbao. La dirección musical está a cargo de otro debutante, John Mauceri, siendo Robert Falls el director de escena y Boris Dujin el director del coro