«Teresa de Ávila. Mística y transgresora»
por Carmen González García-Pando
Valladolid: Palacio de Pimentel. Del 8 de marzo al 8 de abril de 2015 /Berlín: Inselgalerie, del 30 de abril al 30 de mayo de 2015
A raíz de los proyectos que se están realizando para conmemorar el V Centenario del nacimiento de Teresa de Ávila, estamos descubriendo nuevos enfoques de las aportaciones de esta excepcional mujer en terrenos tan conocidos como la literatura y la mística. Pero hay otros menos conocidos como es su lucha para que se reconocieran los derechos de las mujeres. Precisamente sobre esa Teresa transgresora y reivindicativa, reflexiona la exposición que nos ocupa que, el domingo día 8 de marzo, día de la mujer trabajadora, (no es casual la fecha) se inauguró en el bello palacio de Pimentel de Valladolid, sede de la Diputación de dicha ciudad.
Bajo la coordinación de las comisarias, Guadalupe Luceño y Ilse-María Dorfstecher, un grupo de veinte mujeres de diez diferentes países han presentado sus obras y reflexiones sobre el papel que Teresa jugó en aquella sociedad intolerante y represiva. Y todas ellas coinciden en presentarla como ejemplo de feminismo, de voz crítica contra inquisidores y poderes eclesiásticos. Mujer inteligente, afectiva y desafiante contra las normas y leyes de aquellos regidores que llegaban incluso a prohibir a las mujeres leer las sagradas escrituras.
La creación de conventos y monasterios que la santa fundó a lo largo de su vida, sirve de reflexión a Jolanta Wagner para ver en ella a una gran constructora y crear esa obra en tinta china sobre papel reciclado, alusiva al lugar de nacimiento de Teresa.
Marina Lange se interesa sobre la dualidad acción-oración con dos piezas de vidrio y espejo, bajo el título “Introspección” que son un alarde de sensibilidad poética. Como también lo es la representación de campos y caminos por los que transitan esas huellas de alpargatas que su autora, Concha Gay, relaciona con los muchos pasos que Teresa dio para crear los conventos carmelitas.
Guadalupe Luceño se aventura con dos grandes mosaicos digitales. Uno sobre Teresa “A veces hay que ir a por flores” y el otro de la jerónima mexicana Sor Juana Inés “Necios hombres que acusáis”. Interesante reflexión sobre la similitud de los retratos y el discurso transgresor de ambos personajes.
Otro interesante ejemplo de esta muestra es la instalación, a partir de la reproducción gráfica del manuscrito “Camino de perfección”, de la artista Margret Kohler-Heilingsetzer la cual nos invita a recordar la importancia de la escritura en la vida de Teresa. Miles de cartas y escritos dan cuenta de la ingente labor que llevó a cabo para reformar una sociedad anclada en valores medievales.
La escultura de María Cristina Carlini realizada en gres invita al recogimiento y oración. Emociona por la espirituralidad que desprende esa monja recubierta de pobres ropajes. También muy sugerentes las dos piezas realizadas sobre madera que Concha Mayordomo realiza con humildes materiales y que son un tributo al duro quehacer que esta mujer emprendió con sus palabras y acciones.
La instalación de Dolores Fernández Martínez sobre ajuares domésticos hacen alusión a la famosa frase de “Dios está entre los pucheros” y que tan manidamente se utilizó para reducir a las mujeres al ámbito doméstico, cuando realmente era una reivindicación feminista.
Un precioso collage da vida a una gran imagen de la santa. Rufa Fernández es la autora de esta pieza así como de un lienzo en tonos ocres y rojizos alusivo al paisaje castellano, tierra natal de santa Teresa.
La exposición se completa con un catálogo (editado en tres idiomas) que recoge las impresiones de las artistas frente a este bello e interesante proyecto que viajará, posteriormente, a Berlín. Catálogo al que, como recomendaba la comisaria Guadalupe Luceño, invitamos al visitante a leer y consultarlo al tiempo que contempla las obras. Disfrutará descubriendo la naturaleza fascinante de la gran mística del siglo XVI desde la mirada de mujeres actuales.