Fiorenza Cedolins es Madama Butterfly
por Alberto López Echevarrieta
Palacio Euskalduna de Bilbao, 14, 17, 20, 22 y 23 de febrero de 2015
La tragedia japonesa “Madama Butterfly” es el tercer título de la temporada de ópera que ABAO (Asociación Bilbaina de Amigos de la Ópera) ha coproducido con el Festival Puccini Torre del Lago. La famosa obra, plena de exotismo y sensibilidad, se representa en dos versiones: los tres primeros días y el último, con el protagonismo de la soprano italiana Fiorenza Cedolins, corresponden a las sesiones de abono, mientras que el cuarto se encuadra dentro de la serie Opera Berri, a precios reducidos, con la misma producción y con la segoviana María Ruiz en el mismo rol.
Pura coincidencia
Giacomo Puccini (1858-1924) tuvo conocimiento de la existencia de Cio-Cio San, el principal personaje de “Madama Butterfly” cuando casualmente asistió en Londres a una función teatral en la que se representaba una obra de David Belasco, adaptada de una novela de John Luther Long, que relataba el enamoramiento de un militar norteamericano con una geisha. Al compositor italiano le pareció extraordinaria semejante historia de amor enmarcada en un ambiente tan exótico, a pesar de que no conocía el idioma inglés. Su entusiasmo fue tal que decidió transformar aquel drama en una ópera.
Malas lenguas aseguraron que, en realidad, Puccini quedó prendado de la actriz que incorporaba a la delicada dama. Lo cierto es que inmediatamente se puso en contacto con los libretistas Luigi Illica y Giuseppe Giacosa para que hicieran la adecuada versión, como así fue.
Escándalo en el estreno
La obra se estrenó en el Teatro alla Scala, de Milán, el 1 de febrero de 1904 constituyendo un soberbio fracaso. El escándalo fue mayúsculo. Los espectadores patearon y silbaron a placer. Puccini, que creyó en la obra desde el primer momento, les insultó cuando se enfrentó a ellos asegurándoles que se trataba de la mejor ópera que había compuesto en su vida. Puede imaginar el lector el pitote que se organizó en la sala. La obra había quedado marcada.
Días más tarde, asumido ya el fallo, el compositor analizó el motivo de semejante patinazo, llegando al convencimiento de que se había equivocado a la hora de establecer los tiempos de escena, ya que la obra sólo tenía dos actos, adoleciendo el segundo de excesiva amplitud. Tomó la partitura y la reformó totalmente, sobre todo en su parte final, quedando definitivamente en tres actos. De esta forma se volvió a representar en Brescia con una respuesta del público fue totalmente diferente.
Fragmentos inolvidables
“Madama Butterfly” triunfó rotundamente y los espectadores se identificaron de forma inmediata con Cio-Cio San. Influyó en ello la atmósfera creada por Puccini que cuidó personalmente todos los detalles del estreno a fin de que se reconociera el mérito de su obra. Recurrió a amigos japoneses para recrear el ambiente con el que siempre había soñado. Los espectadores quedaron entusiasmados con la sutil delicadeza emanada de la terraza y jardín de la casa de Cio-Cio San y se impresionaron con el drama que se desarrolla en los actos segundo y tercero en el interior de la vivienda.
El triunfo de “Madama Butterfly” marcó un antes y un después en la carrera de Puccini. A su etapa anterior pertenecían “Manon Lescaut” y “La bohème” y a la posterior “La fanciulla del West”, “Gianni Schicchi” y “Turandot”. Pero difícilmente se pueden olvidar fragmentos tan destacados en la lírica como el dueto de amor “Viene la será” (Llega la noche) con el que se cierra el primer acto y las arias “Un bel di vedremo” (Un hermoso día veremos) y “Scuoti quella fronda di ciliegio” (Sacude esa rama de cerezo). O ese famoso preludio en el que el coro tiene ocasión de lucimiento al interpretar a boca cerrada una melodía sublime que nos sitúa en el país del sol naciente.
Versión actual
“Madama Butterfly” se presenta esta vez en Bilbao en dos versiones que difieren únicamente en los nombres de los dos protagonistas, ya que si bien en las funciones de abono son Fiorenza Cedolins y Piero Pretti quienes incorporan a la geisha y a Pinkerton, en Opera Berri corresponden esos roles a María Ruiz y Eduardo Aladren. El reparto se completa con Gemma Coma Alabert (Suzuki), Luis Cansino (Sharpless), Mikeldi Atxalandabaso (Goro), Josema Díaz (príncipe Yamadori y comisario imperial), Ricardo Seguel (Zio Bonzo), David Aguayo (Yakusidé), Marta Ubieta (Kate Pinkerton), Javier Campo (oficial de registro), Eider Torrijos (madre de Cio-Cio San), Leyre Mesa (La zia) y Susana Cerro (la ciguña).
Interviene la Orquesta Sinfónica de Euskadi y el Coro Ópera de Bilbao bajo la dirección de Massimo Zanetti y Boris Dujin, con Renzo Giacchieri como director de escena.