Inauguración del Museo Carlos de Amberes
por Julia Sáez-Angulo
C/ Claudio Coello, 99. Madrid.
S. M. el Rey Don Felipe VI ha inaugurado el Museo Carlos de Amberes con la exposición “Maestros flamencos y holandeses”. Las piezas se mostrarán alrededor del martirio de San Andrés de P.P. Rubens, cuya propiedad pertenece a la Fundación desde el mismo momento en que se pintó. La obras expuestas son de pintores flamencos y holandeses de los siglos XVI y XVII: Rubens, Van Dyck, Jordaens, Jan Brueghel y la particularidad de una mujer Michaelina Wautier, poco conocida hasta ahora (Clara Peteers es otra pintora flamenca). También se exponen diez grabados con desnudos femeninos de Rembrandt, toda una novedad. El comisario de la exposición es el profesor Fernando Checa Cremades, ex director del Museo del Prado.
La mayoría de las obras han sido cedidas generosamente por el Real Museo de Bellas Artes de Amberes (Gobierno de Flandes), cerrado hasta 2017. Convivirán con otras del Museo del Prado y de Patrimonio Nacional. Además, la Biblioteca Nacional de España y la Fundación Custodia de París se han sumado a este proyecto prestando once grabados que se exponen de forma temporal.
El retrato de la Infanta Margarita de Austria (educadora del emperador Carlos V) de Bernard Van Orley y los del archiduque Alberto de Austria, de Rubens y su esposa Isabel Clara Eugenia de Brueghel el Viejo, abren la primera sala para recordar la vinculación de la monarquía hispánica y sus territorios en Flandes.
El conservador del Museo del Prado Alejandro Vergara recordó en la rueda de prensa, que los dos núcleos creadores de la pintura europea han sido Flandes e Italia; los demás países, con sus peculiaridades han seguido una de estas fuentes. Fernando Checa por su parte declara que el pintor español Diego Velázquez aprendió mucho de la escuela flamenca, debido al rico comercio de cuadros y estampas que llegaban a Sevilla.
El comisario señaló que la pintura flamenca de los países católicos es más suntuosa y cortesana, menos puritana que la de los países protestantes, en los que no se representaba la mitología ni los santos y casi llegaron a negar la imagen.
El bodegón suntuoso es el género por excelencia de la pintura flamenca, que se copia y se reelabora en toda Europa hasta prácticamente primeros del siglo XX, donde se recogía hasta en las láminas de los calendarios. Fue una iconografía muy potente, señaló el comisario, donde prima el “desorden ordenado” de estos cuadros de bodegones, frente a los silenciosos de España, Francia o Italia. La pintura flamenca de exportación a través del puerto de Amberes fue un hecho, lo que explica que llegaran incluso a América. Una pintura digna, pese a que su objetivo era el comercio.
El Museo Carlos de Amberes contempla la apertura de una pequeña tienda para un futuro inmediato.