Sergio, sus bronces y su musica
por Alberto López Echevarrieta
Txoko Mendilibe, Leioa, Bizkaia. Del 26 de septiembre al 26 de octubre de 2013
Veintiún bronces de pequeño tamaño se exponen en el magnífico enclave del Txoko Mendilibe, un antiguo palacio vasco reconvertido en sala de exposiciones y centro de investigación del txakolí, en la localidad vizcaína de Leioa, próxima a Bilbao. Su autor es sobradamente conocido posiblemente más en su faceta de cantante que como escultor, ya que se trata de Sergio -¿lo recuerdan formando dúo con Estíbaliz, su esposa?- y ahora integrante del grupo “El consorcio”. Lo que en principio fue un pasatiempo que mitigaba la mala situación en que les dejó una casa discográfica se fue convirtiendo en una nueva profesión para el artista.
Descubre lo oculto
Corría el año 1984 cuando Sergio y Estíbaliz incorporaron en escena a San Pedro y a María Magdalena en la ópera-rock Jesucristo super-star. Fue todo un suceso que venía avalado por la popularidad que nueve años antes les había dado su participación en el festival de Eurovisión, celebrado en Estocolmo, con Tu volverás. Una crisis con su compañía de discos motivó que la pareja quedara en dique seco. Sergio ocupó sus ratos de ocio en lo que siempre había sido para él una pasión, los caballos. Pero no en plan jinete, sino para representarlos en figuras de pequeño formato. Buscó algunas representativas, pero lo único que encontró en el mercado fueron monstruos y astronautas de plástico.
Algo había cambiado en la sociedad. Ya no había aquellos soldaditos de plomo que su generación no pilló por poco. Se compró unos cuantos caballos flexibles y coloreados de mala forma con la intención de probarse a sí mismo que era capaz de mejorarlos. Así surgió una afición que se ha transformado en su segunda profesión. De ahí al Jinete portugués, una de sus obras más famosas en bronce, sólo un paso.
Caballos históricos
“El “Jinete portugués” no es mi obra favorita. Es muy difícil decir cuál es la más correcta. Esa tiene la virtud de que tiene al caballo muy bien retratado. Su postura de alta escuela está muy conseguida, pero me parece un bronce frío. Hay otros modelos que me gustan más”. Le pregunto al artista si esta pasión por los caballos le ha llevado en algún momento a montarlos. Tal vez estemos ante un jinete consumado, pero lo niega rotundamente. “Me entusiasman estos animales, porque, además, me permiten poner sobre ellos a distintos personajes históricos cuyas figuras requieren la minuciosidad que me exijo a mí mismo. No quiero decir con esto que me haya dejado llevar por la Historia, aunque reconozco que poco a poco me he ido aficionando”.
El setenta por ciento de las esculturas de Sergio son ecuestres y casi todas tienen formatos reducidos de 30 a 35 cms. de altura, si bien algunas tallas, como el Juan II de Castilla alcanza los 4,20 metros y el Carlos III ronda los 85 cms. de altura. A pie están sus representaciones de Cervantes y Álvaro de Bazán, por sólo citar dos de las más representativas.
“A estas dos figuras les tengo un especial cariño. Álvaro de Bazán me apetecía por muchos motivos, entre los que está su relación con Cervantes, que peleó a sus órdenes. Fue el protagonista de una serie de siete que me encargó la empresa naval Bazán, uno de cuyos ejemplares está en el Museo Naval. Representaciones de Cervantes son utilizadas por el Ministerio de Defensa como figura característica de sus premios”.
Escultura y música
Es difícil establecer una disociación entre cantante y escultor, porque ambas actividades ocupan la actividad del artista. En el terreno personal están su esposa, Estíbaliz, y sus dos hijas. “Cuatro ojos ven más que dos, así que Estíbaliz me hace la primera crítica a mis trabajos. “Le veo muy gordo o flaco”, me dice, y juntos mejoramos la obra”. Entre gala y gala, el grupo “El consorcio”, al que actualmente ambos pertenecen, se prepara para realizar una gira por México en noviembre próximo que durará una veintena de días. ¿Música o escultura? Parece pregunta obligada. “La escultura, nos dice, es una cosa mucho más personal que la música. Haciendo las figuras de pequeño formato soy yo mismo, mientras que la música es un trabajo muy de equipo”.
Sergio no oculta el orgullo que siente por su obra El papa Luna que hizo por encargo de la Diputación de Castellón para el Castillo de Peñíscola. Sabe que es la admiración de cuantos pasan por allí, aunque pocos captan que su autor, admirador claro de Mariano Benlliure, un día cantó para millones de espectadores en el festival de Eurovisión, popularizó una versión moderna del Pange lingua, y hoy recorre el mundo con canciones tan entrañables como Eres tú.