Discos
por Xavier Valiño
NAJWA: El último primate (Warner)
Nueva etapa de la actriz que antes de ser actriz fue cantante -corista en un grupo de soul- y que se reconoce como tal. Adiós -¿temporalmente?- a Carlos Jean, adiós al inglés, adiós a la electrónica. Triple salto mortal para aparecer con su nombre, en castellano y con instrumentos que ahora llaman analógicos -los de toda la vida, para entendernos-. La relación con el pasado viene de la mano del drama, la tensión, el carisma, los ambientes, la audacia al margen de los lugares comunes, el laberinto de arreglos complicados y audaces. De sonidos empaquetados con coraje y de instrumentaciones densas. Como, por ejemplo, el dramatismo de “El último primate”, la fuerza de “Como un animal” o la sorpresa de “Mi ritual”…
TRACEY THORN: Love And Its Opposite (Strange Feeling-PIAS)
Antes de unirse a Ben Watt (su marido desde el año pasado) en Everything But The Girl, Tracey Thorn ya grababa discos con Marine Girls y en solitario. Su debut data de 1982 y su continuación llegó hace tres años. En este tercer disco, alejado de aquel minimalismo de hace casi 30 años y de la electrónica de su grupo en los 90, pero simple en sus arreglos, Tracey vuelve a esas canciones folk-pop de reflexión que tan fáciles parecen compuestas por ella, en este caso sobre la vida después de los 40. Como parece querer decir, el amor y su opuesto -presumiblemente su muerte, o el temor de perderlo- no tienen tanto de contradictorio, sino que son complementarios y cada uno de ellos posibilita el otro.
BROKEN SOCIAL SCENE: Forgiveness Rock Record (City Slang-V2)
Desde que los vimos en el Festival do Norte a su aparición en el Primavera Sound este año ha pasado su tiempo. De su anterior álbum al actual, cinco años. Ahora los canadienses están formados por no menos que siete personas y, por si fuera poco, cuentan con un buen montón de amigos y colaboradores. Por lo tanto, entre tantas ideas y dispersión, era lógico que dieran a la luz grandes canciones como “Meet Me in the Basement”, “Ungrateful Little Father”, “Sentimental X’s” o “Texico Bitches”. Sólo necesitan una mayor contención para no parecer los más listos de la clase en una democracia en la que todo vale.
COCOROSIE: Grey Oceans (PIAS)
Nunca fueron convencionales. Seguro que de pequeñas cayeron en una marmita única. Su ‘freak-folk’ tiene tantos seguidores como detractores, y los motivos son exactamente los mismos. Ellas mismas no lo ponen nada fácil, como se puede ver desde la portada de su cuarto álbum. Una vez más moviéndose entre los parámetros del hip-hop, las voces operísticas, el folk de mesa camilla y las cajas de música infantiles, su nuevo álbum parece ser, sin embargo, algo menos pretencioso y estar más centrado en hacer canciones que dejen poso como “Fairy Paradise”, “Smokey Taboo”, “Lemonade”, “Trinity’s Crying”, “R.I.P. Burn Face” o “Gallows”.
TOTÓ LA MOMPOSINA: La bodega (Astar Artes-Harmonia Mundi)
La poesía, las gaitas y los mitos indígenas, los tambores, maracas y guarachas de los esclavos africanos, la guitarra española y el acordeón alemán… Todos sonaban en las llamadas bodegas, grandes tiendas donde los mercaderes descargaban sus productos. Fue allí donde nacieron las primeras bandas del Caribe colombiano, aquellas que amenizaban los eventos sociales de tipo popular.
Y precisamente de ahí surge La Bodega, el nuevo y quinto álbum de la cantante y folclorista Totó La Momposina que, tras cincuenta años de carrera, se ha consolidado como la pionera y mayor representante de la música tradicional de Colombia en el mundo. No hay nadie más que pueda hacer sonar el porro palitiao, la cumbia, el zambapalo, el merengue, el abozao y el afro con esa entidad y uniformidad.
LA SHICA: Supercop (Warner)
Artista revelación en media Europa sin haber grabado su primer disco, Elsa Rovayo, nacida en Ceuta, lleva desde los 17 años convenciendo con su arte sobre el escenario. Cuando se inventó su nuevo personaje de Zíngara Rapera, se le abrieron las puertas para editar el sorprendente Trabajito de chinos. Tras aquella revelación, para su segundo álbum ha decidido seguir los pasos de Buika y actualizar la copla a su particular manera junto a Javier Limón; esa copla dura, la copla que es bálsamo e himno en “Mujeres”, que viene de lejos en “Limosna de amores” o que se transforma picante en “Shica Boom”.