Restauración de obras de arte
por Alberto López Echevarrieta
Iberdrola aporta 75.500 euros anuales al programa del Museo de BB. AA. de Bilbao
Diez obras de diferentes autores, entre las que figura Pórtico, un enorme cuadro de Aurelio Arteta y dos tablas de Nicolás Solana del siglo XV, figuran dentro del programa de restauraciones que tiene planteado el Museo de Bellas Artes de Bilbao para los próximos meses bajo el patrocinio de Iberdrola, entidad que viene colaborando con la pinacoteca bilbaína desde hace más de una década y que, a partir de ahora, sustituye a El Corte Inglés en el patrocinio de esta labor de rescate y puesta al día de obras de arte.
El nuevo convenio contempla la aportación de 75.500 euros renovables y anuales que permiten abordar este año los trabajos de restauración de cuatro pinturas y seis obras sobre papel que pertenecen a la colección del Museo y que precisan de un tratamiento para su mejor conservación. En esta cifra se incluye asimismo la financiación del desarrollo de programas educativos de la entidad bilbaína.
Cambio de patrocinador
El programa de financiación externa para la restauración de los fondos de este museo tuvo una muy interesante etapa con la aplicación del programa Zaindu que, bajo el patrocinio de los grandes almacenes y a lo largo de los últimos veintiún años, se trataron 108 obras de la colección permanente.
A partir de este momento, Iberdrola coge el testigo, continuando con la colaboración entre esta entidad y la pinacoteca vasca que data de 2001, cuando se integró en el Patronato del Museo a fin de reforzar su compromiso con la promoción, difusión y apoyo a la cultura y el arte. A lo largo de estos doce años ha contribuido con 931.576 euros en distintas actividades museísticas bilbainas.
La restauración que ahora se propone estará atendida por cuatro profesionales pertenecientes al equipo de la pinacoteca vasca, así como varios becarios especializados, venidos de Italia y Portugal.
El programa actual
El programa actual contempla, como digo, la restauración de diez obras, cuatro de las cuales pertenecen a reconocidos artistas. Dos son temples sobre tablas del pintor zaragozano Nicolás Solana y que están documentados entre 1401 y 1441. Ambas tienen motivos religiosos: Uno corresponde a La Ascensión (122 x 62,5 cms.) y el otro lleva el título de Noli me tangere (122 x 64,5 cms.) y representa a Jesús con María Magdalena.
Pórtico (200,5 x 276 cms.), original del bilbaíno Aurelio Arteta, está fechado en 1905 y muestra a dos grupos de personas, unos entrando en la iglesia de San Pedro de Tabira, en Durango, y otro conversando en el mismo marco. A decir de Javier Viar, director de la pinacoteca vasca, “Arteta desempeñó un papel conciliador entre tradición y vanguardia en el arte vasco anterior a la Guerra civil, como lo hicieron Joaquim Sunyer en Cataluña o Vázquez Díaz en el arte español en general”. Fue, además, director del Museo de Arte Moderno de Bilbao desde su creación en 1924 hasta 1927, y entre 1931 y 1933. En 1937 partió al exilio, primero al País Vasco francés y finalmente a México, donde murió en 1940.
El cuadro Cardenal I (193,2 x 128,2 cms.) nos presenta a un Rafael Ruiz Balerdi en plenas facultades. Formado en la Escuela de Artes y Oficios, de San Sebastián, en la Escuela de Bellas Artes de San Fernando y en el Círculo de Bellas Artes, de Madrid, se introdujo en los movimientos vanguardísticos europeos abordando la abstracción. Al poco de entrar en el mítico grupo Gaur pintó este óleo sobre lienzo que ahora se somete a restauración y limpieza.
Se completa el programa con el tratamiento que se les va a dar a seis obras sobre papel de Joan González, también pertenecientes a la colección del museo. Joan, hermano del célebre escultor Julio González, tuvo una irregular vida artística. Sus inicios, ciertamente prometedores, se vieron truncados por la muerte de su padre que, como hijo mayor, le obligó a tomar las riendas del negocio familiar, a pesar de que la metalistería –de eso se trataba- le venía al pairo. Al cierre de la empresa, cuando la familia se trasladó a París, Joan se volcó en el dibujo, dejándonos obras tan interesantes como estos guaches – Jeune fille au noeud bleu (1902) (36,8 x 32,8 cms.) y Paysanne aux deux paniers (1902) (54 x 27,5 cms.)-, acuarela – 3 jeunes femmes (1900-02) (31,5 x 23,8 cms.)-, guache y acuarela – L’été (1902) (32,5 x 24,7 cms.)-, carboncillo – Un allongé à la draperie noir (1902-06) (30,2 x 64,8 cms.)- y grafito – Couple de paysans (1900-04) (30,9 x 20,2 cms.)-.