Entrevista a Eugenio Suárez-Galbán
por Julia Sáez-Angulo
Profesor de Literatura Española en la Universidad Norteamericana
Eugenio Suárez-Galbán Guerra es doctor en Lenguas y Literaturas Románicas por la Universidad de Nueva York y en Literatura Anglo-americana por la Universidad de Leiden. Comenzó su carrera docente en la Universidad de Nueva York, donde enseñó entre 1964 y 1966, para pasar a Mount Holyoke College hasta 1975 cuando decide mudarse a Madrid. En Madrid, ha sido profesor en varias universidades norteamericanas, dictando, además, conferencias y ofreciendo seminarios en universidades europeas y americanas. Entre otras, ha sido profesor visitante en el Departamento de literatura comparada de la Universidad de Puerto Rico, y en el Departamento de español de la Duke University, habiendo ejercido asimismo la Cátedra de Humanidades en la Universidad de Colgate.
Como crítico, ha publicado recientemente The Last Good Land: Spain in American Literature, y antes La “Vida” de Torres Villarroel: literatura anti-picaresca, autobiografía burguesa , una Antología crítica del teatro del Siglo de Oro, los tomos colectivos José Lezama Lima, y Puerto Rico antes el 98 visto desde España, unos ochenta artículos sobre literatura comparada, española y latinoamericana y unas cincuenta reseñas en revistas académicas y en la prensa de Las Palmas, así como alguna en el New York Times Book Review. Su obra creativa incluye las novelas Balada de la guerra hermosa (Premio Sésamo, 1982), Cuando llevábamos un sueño en cada trenza, y Donde posan su sombra las estrellas, los libros de cuentos Como una brisa triste entre los olivos y Los potros de bárbaros atilas y dos tomos de poesía, Lima, Lezama y Última soledad de César Vallejo y otras soledades. Un cuento suyo fue escenificado en Sevilla con motivo del aniversario de la muerte de Lorca en 1986. Ha traducido España pagana, de Richard Wright y La vida como sueño real, del poeta Beat Lawrence Ferlinghetti y (del inglés) Liu Xiaobo, Elegías del 4 de junio. Durante quince años, dirigió la Editorial Orígenes en Madrid.
1¿Qué es lo mejor de su experiencia docente con los estudiantes norteamericanos?
En general, revelan mayor motivación y capacidad de trabajo, así como mayor entrenamiento analítico en vez de simplemente memorizar, aunque debe tenerse en cuenta que los alumnos que enseño en España ya deben venir con un mayor interés al haber elegido estudiar aquí entra una posibilidad bastante considerable de opciones.
2.¿Qué Literatura Española les enseña?
Actualmente, El Quijote y una clase mixta de historia y literatura como reflejo de la civilización y cultura españolas. En otro cuatrimestre, enseño esta misma clase y también una clase de literatura dedicada a obras que tratan de Madrid, y si se considera que el cine puede ser literatura filmada, también en este otro cuatrimestre enseño un seminario de un mes sobre cine español. En el pasado, he enseñado literatura española de todas las épocas (edad media, renacentista, barroca, decimonónica, siglo XX, contemporánea).
3. ¿Hay diferencia de interés entre la literatura de autores españoles e hispanoamericanos en sus cursos?
No hace mucho dejé de enseñar literatura latinoamericana, ya que la universidad argumentaba que no tenía mucho sentido enseñarla en España, máxime habiendo tantos buenos latinoamericanistas en EEUU. Luego, los estudiantes no siempre opinaban lo mismo, y de hecho, comentaban que la visión desde una perspectiva transatlántica les resultaba más completa. En general, la tendencia de los estudiantes norteamericanos es considerar que la literatura latinoamericana tiene mayor relevancia para ellos por razones hemisféricas, de origen (muchos son de padres inmigrantes latinoamericanos), relaciones de todo tipo con América Latina, etc.
4. ¿Por qué aspectos se interesan más?
Indudablemente, vienen con los tópicos a cuesta y es difícil quitárselos de encima, pero con el tiempo se van dando cuenta que España es más que fiesta y siesta, toros y flamenco, y se sorprenden de la variedad cultural y literaria de España y su diferencia con el resto de Europa (si conocen la escuela de Américo Castro, hoy menos influyente que en antaño en EEUU), aunque también las similitudes
5. El cine cobra protagonismo en su enseñanza ¿A qué se debe?
Sí. Se debe a la lamentable tendencia hacia menos lectura que comenzó con el cine y se ha agravado con el ordenador (Philip Roth dixit).
6. ¿Qué libro recomienda siempre a sus alumnos?
–Don Quijote
7. ¿Qué experiencia suelen llevarse de España a los Estados Unidos?
– Sorpresa positiva: todavía consideran que en España la vida es más placentera, aun cuando al irse ya no tengan la idea simplista de que aquí no se trabaja ni hay competencia ni materialismo. Un número considerable se queda más tiempo, o vuelve esperando encontrar trabajo durante algún tiempo.
8. ¿Hasta cuándo le gustaría seguir con la docencia?
-¡Hasta morir! Si no me fallan las facultades, claro, y mientras las evaluaciones estudiantiles sigan siendo positivas.
9. Madrid es ciudad de tertulias y usted va a una ¿Cómo es esa tertulia?
– Iba regularmente, a veces llevando a alumnos. Ahora me reúno una o dos veces al mes con viejos amigos escritores.
10. ¿Qué libro está leyendo actualmente y por qué?
-Leaving the Atocha Station, para una conferencia en la Universidad de Valladolid; 3 novelas de Cormack McCarthy para un curso de verano en la UIMP; una novela de Mo Yan para un curso de verano de la Universidad de Zaragoza en Jaca.
11. Usted fue editor ¿Le queda nostalgia de aquella actividad?
– Sí, a menos que venga acompañada con los recuerdos de las ventas impagadas, las letras a pagar, las quejas de los autores por las ventas, las devoluciones y un largo etcétera.
12. Como lector de poesía ¿Qué echa de menos en el panorama español en este campo?
– La ausencia cada vez mayor de revistas y editoriales dispuestas a publicar poesía (cuando era editor, había distribuidores que al insistir yo en publicar poesía, me decían que me tenían que dejar de distribuir). Por lo demás, no soy tan pesimista como otros en cuanto a la supuesta baja de calidad, pues la propia naturaleza del género poético siempre tendrá una sorpresa a mano, o así me suele ocurrir, pues leo bastante poesía de amigos y jóvenes que me lo piden, y esa sorpresa se da con relativa frecuencia.
13. ¿Qué le gustaría ver en Venezuela y en Cuba tras la desaparición de sus líderes más conspicuos?
– Que no pierdan el ideal de justicia social, pero sin demagogia ni intolerancia, o sea, que se abran a la democracia, aunque tampoco a la nuestra, sino una que luche contra la corrupción y los fallos de un sistema jurídico que sospechosamente permite salir indemne de casos claramente punibles.