ORQUESTA Y CORO NACIONALES DE ESPAÑA (OCNE) TEMPORADA 2012-13
por Jorge Barraca
Ciclo Diálogos (ciclo III, concierto 12)
En su doble faceta de pianista y director, Christian Zacharias protagonizó las tres funciones del duodécimo concierto de la OCNE. De nuevo, su magisterio musical propició el éxito de un programa algo convencional y que amalgamaba estilos muy diferentes.
En el bellísimo Concierto para piano núm. 23, K. 488 de Mozart, Zacharias optó por una concepción estrictamente camerística. Situó el instrumentos solista en medio de la orquesta, con la tapa completamente cerrada y emitió siempre un sonido leve, de entre el pianissimo y el mezzo-forte de forma que el piano se integró en el conjunto instrumental y su sonido se confundía y, a veces, incluso perdía con los de vientos y maderas. Por tanto, en contraposición al planteamiento brillante, de solista destacado, que también cabe aquí, se inclinó por la lectura matizada y de sonoridad sutil, y es verdad que en momentos como el delicadísimo y hondo Adagio esta elección se justificó muy bien. Además, la pulcritud de la digitación, la lectura idiomática y siempre fidedigna fueron otras tantas muestras de la calidad del músico alemán y del esfuerzo de la Nacional por acomodarse a su planteamiento. Zacharias cerró la primera parte con una propina de Scarlatti, en completa sintonía con el Mozart escuchado.
Mucho más enérgico arrancó en la segunda parte, ya únicamente en funciones de director, con la Sinfonía núm. 3 “Wagner” de Anton Brucker. El primer tiempo tuvo un inicio espléndido: eléctrico, de ritmo fuertemente contrastado, con las repeticiones perfectamente armadas para causar el impacto emocional que puede provocar. Especialmente inspirado estuvieron batuta y orquesta en el conocido tercer movimiento (Ziemlich schnell) y también en el que cierra la partitura, el Alegro, donde Zacharias cerró la estructura a la perfección. En fin, una actuación estupenda de un músico que, para nuestra fortuna, se ha prodigado desde hace años en España, y que consiguió un sonido de la Nacional particularmente colorista, sin estridencias y bien empastado.