Thomas MacGreevy: Poesía completa
por Alberto García-Teresa
Bartleby, 2013. Ed. bilingüe. 168 páginas. Trad. Luis Ingelmo
Que Thomas MacGreevy fuera director de la National Gallery of Ireland resulta coherente con una poesía especialmente atenta a los cromatismos, en la que cobran relevancia también de forma explícita las artes plásticas (mediante la alusión a clásicos, descripción de obras, etcétera).
Su obra se compone de poemas descriptivos, en las que la naturaleza sufre la intromisión de la guerra: «la tierra es de un blanco níveo / con su brillo cándido responde a la luz del sol, / salvo donde los obuses han dejado nuevos hoyos, / manchas negras en la blancura». Así, la notable presencia de la muerte está enfocada de una manera al mismo tiempo distante pero sentimental. En ese sentido, las descripciones paisajísticas logran lo primero, pero la atención a lo que sienten los sujetos abre paso a lo segundo. Además, se manifiesta el pesimismo hasta llegar a la desolación: «El sol se consume / el se marchita».
En ese sentido, se abre el volumen con el manifiesto “La poesía es vertical” (de 1932), donde se postula «la hegemonía de la vida interior sobre la exterior». Además, según escribe Michael Smith en la presentación que abre el libro, «es la combinación de su fino oído para el ritmo y su habilidad a la hora de seleccionar la imagen más reveladora lo que distingue la poesía de MacGreevy». Igualmente, resalta que «el uso de la imagen para formular con ella la experiencia».
Por último, se debe señalar que esta edición de su Poesía completa, a cargo de Luis Ingelmo, agrupa el único volumen del autor publicado en vida, así como numerosas piezas editadas de manera dispersa. Además, el volumen está profusamente anotado, en un trabajo excelente, mediante el cual se resaltan los juegos intertextuales, se explica el contexto y también se aportan conclusiones e interpretaciones críticas.