José Ardillo: El salario del gigante
por Alberto García-Teresa
Pepitas de calabaza, 2011. 340 páginas
En esta interesante distopía, situada noventa años en el futuro, José Ardillo presenta una sociedad subyugada por un particular ecofascismo que pone de manifiesto, no ya el agotamiento de los combustibles fósiles, sino las consecuencias de esa situación, que acontece medio siglo antes que el presente de la novela. El salario del gigante nos introduce en un mundo formado por una aguda degradación medioambiental, regímenes totalitarios, militarización y guerra intercontinental, movimientos forzosos de poblaciones y explotación laboral extrema.
Así, el autor construye acertadamente una sociedad que resulta espejo inmediato de la contemporánea, proyección prospectiva de nuestra realidad, con un coherente y fascinante escenario político. Desde ahí, Ardillo demuestra habilidad para la narración, para presentar y mover un escenario especulativo que trasciende la descripción fotográfica. De este modo, consigue un panorama muy rico, al que la distancia temporal permite mostrar un desarrollo amplio de la especulación sociopolítica.
Los protagonistas son personajes complejos, personas conscientes pero resignadas hasta avanzada la trama, la cual, a su vez, se pone en marcha bien entrada la novela. Trabajan para la opresiva administración central de Europa Organizada, la estructura gubernamental donde se haya incluida España (en donde se ubica la acción), que férreamente gestiona los escasos recursos naturales de nuestro continente. La historia se va armando a modo de collage de testimonios, recuerdos, pensamientos, documentos y relatos retrospectivos en tercera persona con un narrador omnisciente que focaliza a un personaje. Se hallan amalgamados pero, sin embargo, se encuentran imbricados a través de un tono homogéneo, acorde con la melancolía que asola a unos personajes derrotados por el presente, y un correcto fluir de la narración. Ese mosaico de personajes posibilita el multiperspectivismo, pero bien es cierto que todos ellos pertenecen a un mismo grupo social.
Por otro lado, se manifiestan también así varias repeticiones de hechos de manera ni complementaria ni enriquecedora. Con todo, se encuentran correctamente insertadas en contextos distintos, lo cual permite adquirir una perspectiva global de la evolución histórica, política y social de ese mundo.
Se trata El salario del gigante, por tanto, de una novela bien construida, con una destacada confección de su universo, inclemente con nuestro presente y con el futuro que nos espera si todo continúa con el rumbo actual.