ENCUENTROS CON LA HISTORIA DE LA FOTOGRAFÍA (I): EL SIGLO XIX
por Ángela Rubio
Auditorio Recoletos. Fundación Mapfre. Enero 2013. Fotos: Jesús Antón
La Fundación Mapfre consciente del lugar destacado que la fotografía ocupa en las colecciones artísticas y atendiendo al cada vez mayor interés del público por conocer y disfrutar la fotografía, inicia, bajo el título genérico de Encuentros con la Historia de la Fotografía, varios ciclos de conferencias en los que se presentará el estado actual de la interpretación del trayecto que la fotografía ha recorrido desde sus orígenes hasta la actualidad. El coordinador de los ciclos Carlos Gollonet, actual conservador jefe de fotografía y responsables de la programación de exposiciones y de la colección de fotografía desde hace 6 años, ha conseguido reunir a renombrados historiadores de la fotografía, conservadores, comisarios y fotógrafos de todo el mundo muchos de ellos protagonistas de la renovación historiográfica.
Entre el 21 y 24 de enero ha tenido lugar en el Auditorio de Recoletos el primer ciclo que se ha centrado en el siglo XIX, en como la fotografía pasa de herramienta de registro y clasificación de la realidad a medio de experimentación y desarrollo estético – artístico donde la intuición la sensibilidad y la imaginación tuvieron mucho que decir. De este apasionante periodo inicial nos han hablado Anne Cartier-Bresson (Conservadora General de Patrimonio, Directora del Atelier de Restauration et Conservation des Photographies de la Ville de Paris) Michel Frizot (Historiador de la Fotografía, CNRS-EHESS, Paris) Malcolm Daniel (Conservador Jefe del Departamento de fotografía The Metropolitan Museum of Art de Nueva York) y Juan Naranjo (Historiador de la fotografía y comisario independiente).
Anne Cartier-Bresson. En el estudio del fotógrafo: las técnicas fotográficas en el siglo XIX.
Anne Cartier-Bresson rodeada de imágenes desde niña pronto sintió la curiosidad por la fotografía y cuenta como ver el retrato del daguerrotipista Marie-Charles-Isidore Choiselat realizado por Stanislas Ratel en 1843 la animó a profundizar sobre lo que ella llama “cocina fotográfica” de los fotógrafos. En el fondo de la imagen se ven recipientes en un principio más relacionados con un laboratorio que con un estudio fotográfico.
La conferenciante ha centrado su intervención en la parte más técnica y química de los inicios de la fotografía haciendo un interesante repaso a las técnicas y materiales empleados. Comenzó el recorrido con el primer objeto fotográfico que existe, se trata de una heliografía de J. Nicéphore Niépce, una imagen única en su modo de producción: una placa de estaño sensibilizada con betún de judea y revelada con esencias de lavanda. Habló sobre los diferentes soportes utilizados para obtener imágenes: el ambrotipo, técnica patentada en 1854 por James Ambrose que utilizando una placa de cristal y la técnica del colodión húmedo obtiene un positivo; el ferrotipo que obtiene un positivo directo sobre una hoja de metal ennegrecida por pintura, laca o esmalte es usado como un soporte para la emulsión fotográfica de colodión; panotipo que utiliza tela encerada como soporte.
Habló también de la importancia de la figura de L.D. Blanquart-Evrard (1802-1872) fotógrafo y editor conocido por ser el inventor del procedimiento de la copia albúmina y difusor del calotipo en Francia también por ser quien propuso ensayos de restauración química del papel salado y buscó procedimientos más estables. El papel salado dice, es poco sensible, poco estable al oxidarse fácilmente con la humedad y los gases oxidantes. Quisieron a partir de este momento promover otras técnicas. En 1855 aparecen otras alternativas como la impresión al carbón o a la goma bicromatada -muy relacionada con el pictorialismo fotográfico- la utilización de sales ferrosas, platino, capa de oro en una imagen argéntica para incrementar la estabilidad. Cuanto más oro más fría resultaba la imagen, aunque parezca lo contrario. El gusto francés era más afín a esta frialdad por tanto el baño de oro era más intenso, por el contrario el gusto inglés buscaba imágenes más cálidas y por tanto empleaba baños de oro más ligeros.
Continuando con la evolución cita la novedad cromática de los hermanos Lumière, el disco obturador mecánico de nueve objetivos que se dispara automáticamente, los aristotipos al colodión más estables que los de gelatina, los soportes de celulosa con menor peso y más cómodo de usar, los negativos industriales etc. Todo esto trae consigo las aplicaciones comerciales y por tanto la pérdida de interés de los coleccionistas y al mismo tiempo supone el final de la era artesanal de la fotografía.
Michel Frizot. Los primeros años de la fotografía. La invención de un Arte 1839-1855.
La segunda conferencia del ciclo resultó brillante. No fue un enfoque meramente descriptivo sino analítico. Comenzó planteando tres preguntas. 1.¿Cómo funciona la fotografía? Alta tecnicidad 2. ¿Qué podemos y que no podemos hacer en la fotografía? limitación de las posibilidades y 3. ¿Qué queremos hacer? Libertad de imaginación.
Los primeros años de la fotografía fueron extraordinariamente activos, nada balbuceantes como podría pensarse inherente a cualquier comienzo. Periodo en el que se experimentaba sin parar y en el que cada logro era fascinante, casi magia puesto que por medios naturales se lograban efectos que parecían sobrenaturales. Así Bayard se sorprende al descubrir que podía captarse a si mismo. Pero en estos años no todo es técnica, la fotografía desde sus inicios trató de ir más allá, trató de buscar la estética incluso empleó esta nueva técnica para comunicar. Frizot pone especial acento en que comprendamos que la Fotografía es producto de algo imaginado y por tanto creativo y no solo producto de la técnica. Se trata de la combinación de técnica y la anticipación de algo imaginado. Para explicarse recurre imágenes de W.H. Fox Talbot como La puerta abierta en la que ya hay composición o La escalera en la que incluye seres humanos o Una escena en una biblioteca que no documentó tal cual se encontró sino que colocó los libros como quiso y en un contexto determinado que no es el de la biblioteca sino el aire libre. Todas estas imágenes pertenecen a The pencil of nature publicado por entregas entre 1844 y 1846 y que tiene la relevancia, entre otras razones, por ser el primer libro ilustrado de la historia de la fotografía y por incluir textos explicativos que dicen lo que representa para él la fotografía, lo que se puede hacer y lo que él imaginando quiere hacer.
Mostró imágenes de H. Le Secq, E.-D. Baldus, H. Bayard, G. Le Gray todos ellos seleccionados en 1851 por La Comisión de Monumentos Históricos para formar parte de la Misión heliográfica con la que se pretendía documentar monumentos importantes que iban a ser restaurados con la finalidad de preservarlos. Lo importante de estas imágenes es ver como aun tratándose de un encargo objetivo los fotógrafos combinan documento y estética al elegir la colocación de la cámara y los fragmentos que quiere que aparezcan en la toma, al crear composiciones diferentes a las acostumbradas en las leyes del dibujo la pintura o la ilustración.
Hablo también de la importancia capital del negativo como objeto fotográfico en si mismo y por implicar una función negativa de la imagen teniendo que anticipar su trabajo en función de las características del negativo ya que lo negro se verá blanco y lo claro se verá oscuro lo que ha de ser tenido en cuenta a la hora de componer. Destacó el poder innovador de la fotografía de estos años afirmando que ésta es mucho más moderna y muchas de las fotografías actuales. En definitiva demostró que para hacer una buena imagen hay que imaginar, hay que ser sensible.
Malcolm Daniel .Historia, modernidad y naturaleza en los inicios de la fotografía francesa.
Los encargos pronto comenzaron a ser frecuentes así la compañía ferroviaria Paris Lyon Mediterraneo encarga en 1861 fotografías de sus ferrocarriles para reflejar el poder la ilustración y la civilización en contraposición a la agricultura de las carreteras y al comercio de los canales. Las vías del tren como demarcación entre el pasado y el futuro al que éstas conducían. Baldus se ocupó de esto y también tuvo el honor de ser el fotógrafo oficial de Napoleón III .Habló también de la misión heliográfica antes mencionada, a su juicio algo esquizofrénica por el hecho de querer conservar en fotografía lo que iban a destruir. Mostrando el trabajo de Le Secq afirma que éste sugería la vida no solo plasmaba esculturas.
Contó como las famosas marinas de Le Gray que evocan la idea romántica del individuo enfrentándose al mundo, técnicamente supusieron una hazaña pero además sobrecogen por su efecto poético sin precedentes. Sugerir vida y sobrecoger no se consigue solo con una máquina y con técnicas hay que tener imaginación, sensibilidad y talento para crear. “Puedes tener buenas recetas pero hay que tener intuición”.
Juan Naranjo. El retrato en al fotografía del siglo XIX.
Comenzó una intervención inteligente y bien construida afirmando que se ha banalizado el retrato perdiéndose sus valores esenciales. La relación con las imágenes era muy diferente, era un diálogo unidireccional entre el espectador y la imagen. Al comienzo pocas personas podían acceder al retrato, solía ser por encargo y para disfrute personal no como ahora que todo tiene que ser público. En la fotografía, dice, el retrato es más real no tan idealizado y esto fue una gran revolución. Las novedades técnicas abarataron costes, redujeron los tiempos de exposición y lograron mayor precisión lo que llevó a la retratomanía y a la proliferación de estudios fotográficos.
Prosiguió haciendo un recorrido por las tipologías del retrato: dignificado, post-morten también habitual en pintura, doméstico, institucional como es el caso de las fotografías de registro policial o sanitario con las que ejercía poder y control. La fotografía inauguró nuevas formas de retratar que no existían antes: resultó curioso ver una fotografía que nos muestra una fantasía sexual muy discretamente -en este caso no interesa tanto la realidad- o las fotografías que muestran fragmentos del cuerpo.
Juan Naranjo dice preferir trabajar y analizar las imágenes desde el interrogante, hacerse preguntas para avanzar por ello mostró una imagen de una mujer sentada con los pies en alto mostrando los tobillos -prohibido y osado en la época- para hacernos ver que la relevancia de la imagen la da la mujer por su actitud más que por la iluminación o el encuadre. Con esta fotografía plantea una interpretación ¿quién gestiona la imagen entonces?