Karoly Szemerédy: En el umbral de una carrera musical
por Alberto López Echevarrieta
Es joven. Tiene 33 años y unas grandes expectativas de futuro. No hay la menor duda de que Karoly Szemerédy hará carrera como barítono en los mejores escenarios del mundo, algunos de los cuales, como La Fenice, ya ha pisado con gran satisfacción por parte de crítica y público. Tiene altura –pasa de los 2 metros-, clase y una voz maravillosa. Ahora cuida y mima sus cuerdas vocales consciente del importante momento que está atravesando su vida artística. Se declara verdiano y acaricia la partitura de Guillermo Tell que prepara para la representación que tendrá lugar en marzo próximo en Lima en la que mantendrá un duelo interpretativo con el tenor más destacado del momento, Juan Diego Flores. Será su reválida.
Abriendo puertas
Nacido en la capital de Hungría, donde hizo sus primeros estudios, Karoly Szemerédy nunca pensó que se iba a ganar la vida cantando ópera desde un escenario. No había antecedentes musicales en su familia, aunque tanto a él como a sus dos hermanos les dio por estudiar piano. “A los once años –nos dice- entré a formar parte del Coro Infantil de la Ópera Nacional de Budapest, donde tuve como profesora a Margit Laszlo, maestra titular de la Ópera Nacional de Budapest. Fue ella quien vio futuro en mi voz, por lo que decidí educarla sin abandonar por ello mis estudios en la Universidad Corvinus”.
Karoly hizo dos masters en Relaciones Internacionales antes de llegar a Madrid donde se decidió abiertamente por la música. “Hace siete años que vine a Madrid invitado por mi hermana sin saber una palabra de español. En una cena familiar a la que asistió el embajador de Noruega se me pidió que cantara. Lo hice y los asistentes quedaron tan entusiasmados que me prepararon dos audiciones en busca de opiniones profesionales”.
Todos coincidieron en que le faltaba técnica, pero tenía una extraordinaria voz. Ingresó en la Escuela Superior de Canto de Madrid donde tuvo como profesor a Manuel Cid. “Terminé la carrera con el regusto de que, a pesar de mis limitaciones idiomáticas, pude aprovechar el tiempo. En el centro se montaban zarzuelas y óperas en las que participé cosechando pequeños éxitos. Aún recuerdo los aplausos al terminar la representación de “Luisa Fernanda”, en la que hice el primer papel masculino. Son cosas que no se olvidan”.
Recibe clases magistrales impartidas por Teresa Berganza y Roberto Scandiuzzi, y se prueba a sí mismo participando en distintos certámenes. Gana el primer premio en el Concurso de Cantantes de Budapest y en el de Cantantes de Hungría. En 2001 su imagen y sobre todo su voz se popularizan a través del concurso de TV “La voz del año” del que sale triunfador. Siete años más tarde, ya en España, logra el primer premio del Concurso Nacional de Canto Maestro Guerrero, en Madrid, y el tercero del Concurso Internacional de Ópera “Operalia”, en Quebec. Son los fundamentos de una carrera.
“Todos estos concursos me han servido para participar en una serie de importantes recitales en distintos festivales (Segovia, Granada, Toledo, San Sebastián…) así como conciertros en Hungría, Romanía, Portugal, Italia, Perú y España”. A pesar de haber intervenido en representaciones de Luis Fernanda, Don Giovanni, Bastián y Bastiana, La boheme, Aurahl and the night visitors y Giovanni Schicchi, Szemerédy considera que su carrera comenzó en 2007, cuando incorporó al Levitsky de Boris Godunov en el Teatro Real, de Madrid.
Ahora acaba de conseguir el tercer premio del Concurso Internacional de Canto de Bilbao que ha contado con 137 participantes de todo el mundo. Szemerédy está satisfecho del resultado. Sabe que éste es un trampolín muy importante para conseguir sus logros.
Barítono verdiano
Ha comparecido en la Opera Studio del Teatro Real y ha actuado como solista en escenarios de Valencia, Turín, Varsovia, Venecia… Confiesa que cantar en el Teatro La Fenice le emocionó por hacerlo en el mismo lugar donde Verdi había estrenado Ernani, Rigoletto, La Traviata… “¡Verdi!. Mirar a la sala desde aquel escenario impone un respeto para cuantos hemos situado nuestra meta artística en la obra realizada por el de Parma. Verdi es mi sueño, porque creó unos personajes maduros, de mucho cuerpo… Es un autor muy especial para mí”. Karoly tiene como referencia la figura del gran barítono norteamericano Leonard Warren de quien, por su perfección, se dijo que Verdi había pensado en él a la hora de componer. “Fue el más grande en su género. Paradógicamente, falleció en 1960 en el escenario del Metropolitan de Nueva York mientras cantaba “La forza del destino”.
Llena el escenario
Algunos críticos califican a Szenerédy como un “animal de escena” porque llena el escenario con su figura y la potencia de su voz. “Quisiera ser uno de los mejores barítonos del mundo. Lo digo sinceramente. No me conformo con quedarme a mitad de camino y por eso me estoy preparando sin descanso. Es un desafío que me he hecho a mí mismo. Sé que es un riesgo, pero lo he aceptado como tal”.
Considera que el papel de Yago en Otelo es su mayor ambición artística por las dificultades que ofrece. “No tengo prisa por llegar a los grandes papeles verdianos y ese es especialmente importante para mí”
Su cita de marzo con Guillermo Tell significará una reválida en su carrera, ya que encarnará al protagonista de la obra, si bien el papel más lucido es el del tenor, que no será otro que Juan Diego Flores. “Sé que juego mi prestigio, pero tengo fe en mí mismo”.