María Pilar Queral del Hierro: «Isabel de Castilla, reina, mujer y madre»
por Alberto López Echevarrieta
Editorial Edaf. Serie Crónicas de la Historia. 245 páginas
Reflejar la vida y obra de una figura histórica tan controvertida como fue Isabel la Católica no es tarea fácil para ningún historiador, entre otras cosas por la cantidad de leyendas, dichos y aventuras que las leyendas nos han transmitido a lo largo de los siglos. ¿Qué hay de verdad y qué de mentira en cada una de ellas? Viene esto a cuento del ímprobo trabajo que le ha tenido que costar a la historiadora y escritora María Pilar Queralt del Hierro escribir el libro Isabel de Castilla, reina, mujer y madre de reciente publicación.
La autora, ya curtida en este tipo de investigaciones históricas a través de obras anteriores, como Inés de Castro, Agustina de Aragón: la mujer y el mito y más recientemente Las mujeres de Felipe II por el que se llevó ex aequo el IX Premio Algaba, separa leyenda e historia para adentrarnos en una biografía apasionante, perfectamente documentada y de fácil y amena lectura.
Isabel
Queralt del Hierro ya indica en la introducción que separar los tópicos que se han dicho sobre Isabel la Católica de la historia pura y cruda es un reto para cualquier investigador, ya que tiene que ir sorteando toda suerte de ideas preconcebidas en un auténtico slalom para ofrecer un retrato veraz y puntual. Isabel ha sido para unos el tótem absoluto de las virtudes patrias, mientras que para otros no pasa de ser una usurpadora que se sentó en un trono que no le correspondía. ¿Con qué nos quedamos?
En la presenta obra, la autora analiza primero la situación monárquica que existía en la península en el siglo XV, ahondando en las intrigas palaciegas que siempre han existido y en aquella idea primitiva que hubo de unir Portugal y los reinos de Aragón y Castilla mediante casamientos de los aspirantes al trono. Todas estas maniobras que hacían los monarcas eran como partidas de ajedrez en las que sus hijos eran meras piezas y sus destinos ya estaban marcados antes de su mayoría de edad. Se señala al respecto en el libro cómo Isabel empezó a sufrir desde niña, ya que su madre estaba loca y un hermano menor murió cuando tenía corta edad. La futura reina dejó escrito que fue arrancada de los brazos de su madre “inhumana y forzosamente” cuando tanto “el señor rey don Alfonso y yo, a la sazón, éramos niños”. No lo tuvo fácil.
En esencia, Isabel la Católica queda aquí como una mujer autoritaria y firme en sus convicciones, madre afectuosa y tierna, y muy religiosa hasta rozar el fanatismo con la creación del Santo Oficio y la persecución de los judíos y musulmanes.
El libro
El libro está muy documentado en hechos, fechas y personajes a través de un relato que no por riguroso pierde amenidad, sino todo lo contrario. Te va introduciendo en materia atrapándote desde el primer momento, cuando, de paso, va narrando aventuras palaciegas de Juana La Beltraneja, por ejemplo, o intrigas que acabaron con las vidas de destacados personajes –caso de su hermano Alfonso-, aduciendo enfermedades diversas, cuando en realidad los envenenamientos estaban siempre prestos.
No se ocultan en el libro infidelidades, sospechas de paternidad de algunos niños, fugas de palacio en vísperas de boda para ocultar embarazos avanzados… En fin, que alrededor de Isabel hubo materia de entretenimiento que no lo mejora la mejor novela de ficción.
Pero Isabel de Castilla, reina, mujer y madre tiene además otros ingredientes que benefician el resultado final: Una cronología inicial muy detallada y apéndices finales en los que se recogen algunos documentos enriquecedores de la obra, amén de la reproducción de poesías relacionadas con la reina debidas, entre otros a José Zorrilla, Carolina Coronado y José María Gabriel y Galán. Completan el libro los listados correspondientes a obras de teatro, novelas, óperas, películas, programas de televisión, pinturas y esculturas en las que Isabel juega un papel especial.
La edición del libro está muy cuidada, especialmente en el aspecto gráfico, ya que ofrece numerosas fotografías que han sido hábilmente seleccionadas, así como una separata espectacular que contiene el árbol genealógico de Isabel de Castilla, también profusamente ilustrado. Todo un lujo.