Diccionario de la Biblia
por Alberto López Echevarrieta
Editoriales Mensajero y Sal Terrae, 884 páginas, formato: 22x28,50 cms, precio: 100 euros
El Diccionario de la Biblia publicado en los países de habla alemana por Herders Neues Bibellexicon en 2008 tiene ya su traducción en español gracias a la labor desempeñada por un grupo de especialistas coordinados por Ramón Alfonso Díez. El nuevo libro sigue las pautas marcadas por los autores originales: Franz Kogler, director de la Obra Bíblica de la diócesis austriaca de Linz, y Renate Egger-Wenzel y Michael Ernst, catedráticos de la Universidad de Salzburgo. Al trabajo de estos tres biblistas se han unido en esta edición española los párrafos dedicados a los países hispanohablantes en las siguientes voces: Movimiento bíblico, Obras bíblicas, Sociedades bíblicas y Traducciones de la Biblia.
La obra es a todas luces todo un prodigio editorial, ya que tiene más de mil ilustraciones en color, con mapas y gráficos; más de un centenar de gráficos y tablas para una mejor comprensión de los textos y otro centenar de mapas creados especialmente para esta ocasión. En la presentación, que ha tenido lugar en la Universidad de Deusto, en Bilbao, Alfonso Díez ha hecho hincapié en que la Biblia sigue siendo una fuente de cultura fundamental en nuestra sociedad. “Forma parte de las raíces de la Humanidad por derecho propio y no sólo de Occidente, ha dicho. Gracias a la Biblia podemos entender muchos aspectos de nuestra actitud cotidiana, porque es un libro que tiene mucho que decir. El reto que tenemos los cristianos y los lectores de este libro sagrado es enlazarlo con las inquietudes de nuestro tiempo”.
Difícil traducción
Cabe pensar a estas alturas de la historia que ya estaba dicho todo sobre la Biblia. Este libro sorprende con nuevos hallazgos. “Aún queda mucho por descubrir. Este diccionario es el primero que reúne todos los nombres propios de personas y lugares mencionados en la Biblia. Su importancia no sólo radica en eso, porque desde hacía cincuenta años no se publicaba un diccionario de estas características en un solo volumen. Quienes han leído el libro coinciden al afirmar que no hay una obra tan actualizada como ésta en lengua española”.
El diccionario tiene más de cinco mil artículos redactados de forma clara y sintética con la aportación de las más recientes investigaciones bíblicas. Todo ello profusamente ilustrado para hacer más comprensibles los textos que se incluyen. Se intuye que el trabajo ha sido ímprobo. “Sí, realmente ha sido una labor muy costosa que nos ha llevado más de tres años. Eso sí, hemos contado con la colaboración extraordinaria de nueve traductores, todos ellos doctores en Ciencias Bíblicas y conocedores de la lengua alemana, una persona responsable de los mapas y tres encargados de la revisión y las correcciones tipográficas. Cada uno sabía perfectamente la importancia del trabajo que desempeñaba por lo que el desafío principal en cuanto a la edición española consistía en dar a cada uno de los términos el significado exacto del original. Ha sido preciso unificar traducciones a fin de proporcionar a los textos el sentido de su procedencia. Ahora, con el libro en la mano, podemos decir que el trabajo ha merecido la pena. Estamos muy satisfechos de la obra”.
Todo diccionario de este tipo encierra pasajes de una dificultad superior a otros. Le hago saber mi curiosidad. “Uno de los retos más importantes para nosotros fue, desde un primer momento, establecer criterios para llevar a cabo la traducción a fin de que la terminología no sufriera con el cambio de idioma. Pretendíamos desde el inicio actualizar los nombres y procurar siempre que la traducción fuera uniforme. Nos propusimos emplear un lenguaje comprensible y accesible para todos. Creo que el objetivo está ampliamente conseguido. Todos los que han leído la obra coinciden al decir que no sólo es de fácil lectura, sino de una lectura agradable. Vamos, un placer”.
Original alemán
No deja de ser curioso también que se haya elegido una obra en lengua alemana para una traducción ya de por sí costosa. Alfonso Díez comprende el sentido de mi observación: “Nos planteamos primero si realmente teníamos capacidad para reunir a un número suficiente de especialistas y poder escribir directamente una obra en español. Cuando vimos que eso nos desbordaba analizamos un número importante de diccionarios publicados recientemente en diferentes lenguas: italiano, inglés, francés, alemán… Tras un proceso riguroso de selección llegamos a la conclusión de que el candidato más idóneo era el alemán que había sido publicado en 2008 y que desde el momento de su lanzamiento se convirtió en el léxico más vendido en los países de lengua germana”.
Le pregunto hacia qué tipo de lectores está enfocada esta obra que, como digo, tiene 884 páginas y constituye todo un lujo editorial. “El diccionario, responde, es más informativo que doctrinal. Va dirigido a los creyentes, por supuesto, pero también a los que no lo son. Cualquier persona con una formación básica puede comprender la exposición y el desarrollo de los temas contenidos en el libro. Con toda seguridad encontrarán aquí toda una mina inagotable de información. Por eso digo que puede interesar tanto a unos como a otros. A los creyentes porque va a servir de alimento a su fe y a los no creyentes porque van a tener acceso a unos datos que les permitirán entender muchas manifestaciones de nuestra cultura”.