“Un giorno di regno», La primera comedia de Verdi
por Alberto López Echevarrieta
Palacio Euskalduna, de Bilbao, 27 y 30 de octubre y 2 y 5 de noviembre de 2012
Un giorno di regno o Il finto Stanislao, uno de los fracasos iniciales más sonados en la carrera de Giuseppe Verdi, se estrena en Bilbao con producción del Teatro Regio di Parma y las voces de Dalibor Jenis, Paolo Bordogna e Irina Lungu. La organización corre a cargo de ABAO (Asociación Bilbaina de Amigos de la Ópera) y se encuadra dentro del programa “Tutto Verdi” destinado a dar a conocer toda la obra del famoso compositor. Ésta fue su primera comedia y si bien no fue comprendida al inicio de su andadura, hoy se la tiene como una de sus obras más curiosas y digna de ser rescatada.
La gestación
Un giorno di regno es un melodrama jocoso en dos actos basado en la obra Le Faux Stanislas, de Alexandre Pineu-Duval, adaptada a la escena por Felice Romani en 1818. La ópera se estrenó en el Teatro alla Scala de Milán el 5 de setiembre de 1840 con un notable retraso debido a diversas circunstancias que intervinieron en la vida de Verdi, entre ellas los fallecimientos de su esposa Margherita y de su hijo Icilio, así como su delicada salud aquejada ya por una enfermedad estomacal que le duró toda la vida.
El joven Verdi –tenía 27 años cuando levantó el telón de Un giorno di regno– pensaba que su comedia iba a ser un éxito y ocurrió todo lo contrario. El estreno fue un fracaso absoluto hasta el punto de que le sumió en una desesperación que le llevó a pensar en su total abandono de la música. Así se lo comunicó a Bartolomeo Merelli, empresario de La Scala, a fin de que le libere del contrato que les unía por varias obras más. Éste, que sería todo lo crápula que quieran, pero tenía un gran olfato para descubrir talentos, confió en la joven promesa. Sabía que en Verdi había materia prima y no se equivocó, como todos sabemos. Al de pocos meses cayó en manos del compositor el libreto de Nabucco. El resto es historia.
La obra
¿Qué motivó aquel fracaso? Posiblemente el hecho de que se esperaba otra cosa de Verdi y de que fuese una comedia. La ópera, como género, está muy vinculada al drama, la mayor parte de las veces tremendista, con finales dramáticos. Un giorno di regno era un asunto aparentemente intrascendente basado en una suplantación de personaje y en las circunstancias cómicas que el hecho conlleva. La acción se sitúa en el castillo de Kelbar, cerca de Brest, en 1733, donde un oficial francés acepta sustituir a Stanislao Leszczynski, rey de Polonia, cuando éste tiene que regresar precipitadamente a su país para reclamar el trono. La acción se complica con una serie de contratiempos de carácter cómico para llegar a un final feliz.
Los intérpretes
Indudablemente es una obra menor de Verdi, si bien posee una Obertura que figura en buen número de repertorios, así como un aria –Pietoso al lungo pianto que canta Eduardo di Sanval- que resulta bastante conocida. ABAO rescata este título a fin de completar el programa “Tutto Verdi” que viene ofreciendo año tras año hasta completar el repertorio del autor. La presente producción corresponde al Teatro Regio di Parma figurando como cabeceras de cartel el barítono eslovaco Dalibor Jenis, el bajo italiano Paolo Bordogna y la soprano moldava Irina Lungu, que debuta en Bilbao.
Jenis, formado en el Conservatorio de Bratislava y la Accademia Italiana de Osmio, es poseedor de numerosos premios internacionales y ha cosechado grandes éxitos en escenarios tan prestigiosos como el Coven Garden, la Ópera Nacional de París y la Wiener Staatsoper. En esta ocasión incorpora al caballero de Belfiore, mientras que el de la marquesa del Poggio corre a cargo de Irina Lungu, quien, a pesar de su juventud, está en posesión de acreditados galardones internacionales tras su debut en La Scala de la mano de Riccardo Muti. Posee una voz intensa con tonos acerados y una personalidad arrolladora que demuestra cada vez que pisa el escenario.
El resto del reparto lo componen la mezzo-soprano Silvia Vázquez (Giulietta di Kelbar), los tenores Antonio Siragusa (Edoardo di Sanval) y Eduardo Ituarte (Il Conte Ivrea), y los bajos David Soar (Il Signor La Rocca) y Juan José Puente (Delmonte).
Intervienen la Orquesta Sinfónica de Navarra y el Coro de Ópera de Bilbao, correspondiendo la dirección musical a Alberto Zedda, la de escena a Pier Luigi Pizzi y la del coro a Boris Dujin.