Isabel de Valois invitada en Bilbao
por Alberto López Echevarrieta
Museo de Bellas Artes de Bilbao, del 10 de julio al 7 de octubre de 2012
Dos retratos de Isabel de Valois realizados por sendos máximos representantes del retrato cortesano, Antonio Moro y Alonso Sánchez Coello, pueden verse en el Museo de Bellas Artes de Bilbao dentro de su programa La obra invitada que patrocina el Banco de Santander. Son dos pinturas de la esposa del rey Felipe II materializadas en óleo, una, la de Moro, sobre tabla, y la otra sobre lienzo. La percepción conjunta de ambas obras permite al espectador establecer diferencias.
La protagonista
Isabel de Valois (1546-1568), hija de Enrique II de Francia y Catalina de Médicis, se casó por poderes con Felipe II el 27 de junio de 1559, confirmándose el matrimonio en Guadalajara el 30 de enero del año siguiente. Unos días después posó para Antonio Moro, acreditado pintor de la corte que acaba de llegar de los Países Bajos. Hay distintas opiniones en torno al vestido que luce esta apenas niña, ya que entonces tenía 14 años. Unos apuntan a que la riqueza del vestuario pudo corresponder a la que llevaba en el momento de la boda, mientras que otros echan por tierra esta teoría basándose en que el atuendo es típicamente francés. En lo que todos están de acuerdo es en la utilización en ambos casos de esa magnífica cruz de diamantes que luce en el pecho.
Dice la historia que cuando Isabel murió a la corta edad de 22 años, este fastuoso ropaje se tasó en 50.000 maravedíes, toda una fortuna en aquel tiempo. El documento que lo acredita es aún más esplícito, ya que aporta detalles de su concepción, como “saya de terciopelo carmesí riço y leonada, y hecha unas labores y oxas para lo cortado, con cuerpo alto e manga de punta, aforrado en tafetán leonado; y las mangas e ruedo en raso blanco raspado, e la guarnición de la saya es con las ojas de terciopelo cortado”.
El maestro
Cuando Antonio Moro (Utrech, 1517-Amberes 1576) tomó los pinceles para comenzar el retrato pensó siempre en cómo lo haría su gran maestro Tiziano de quien se consideraba un apasionado seguidor. En realidad, su encuentro con el Renacimiento italiano motivó que dejara a un lado las pinturas de carácter religioso que le habían ocupado hasta poco antes y se dedicara por entero al retrato, siguiendo además con la tradición flamenca.
En la representación pictórica de Isabel de Valois, como otras de este mismo autor, vemos a esta mujer erguida, en posición tres cuartos y con el ojo más cercano al espectador justo en la mitad del ancho de la tabla (104,5 x 84 cms.) a fin de lograr una sensación de proximidad. Utiliza luz cenital que le sirve para siluetear la nariz y aportar un aire aristocrático a la protagonista mediante unas sombras afiladas. De esta forma, Isabel tiene un porte señorial y una serenidad que no corresponde con la edad real que tenía en el momento del retrato. Es de destacar, por supuesto, la minuciosidad de todos y cada uno de los detalles del ropaje.
El alumno
Conjuntamente con la obra de Antonio Moro se puede ver la copia que del mismo hizo poco después Alfonso Sánchez Coello (Befifayó, 1531 – Madrid, 1588), discípulo del flamenco y como él pintor de cámara de Felipe II. Este óleo sobre lienzo de dimensiones algo superiores al original (113 x 94,5 cms.) le quedó tan perfecto que durante mucho tiempo fue tenido como obra de Moro. Tal es la perfección de la imitación llevada a cabo por este gran maestro del Renacimiento español especializado también en retratos palaciegos que difundió por toda Europa, no en vano posó para él la familia real y los cortesanos más ilustres de la época.
La presencia de las dos imágenes de Isabel de Valois en la pinacoteca bilbaína y que corresponden a la colección Várez Fisa de Madrid, permiten establecer diferencias entre ambas: una mayor seriedad en el rostro pintado por Moro y posiciones diferentes de sus manos, especialmente en la izquierda, así como algunos detalles del complicado vestido.
Con éstas son ya 45 las obras presentadas por el programa La obra invitada del Museo de Bellas Artes de Bilbao desde 2001, una iniciativa de gran impacto popular que continuará ofreciendo arte flamenco en la próxima edición. El próximo 16 de octubre se presentará Gabinete de pintor (1623) original del artista amberino Frans Francken el Joven. Se trata de un óleo sobre tabla de 54 x 69 cms. perteneciente a una colección particular vasca.