Discos
por Xavier Valiño
CLINT: Asuntos internos (Discos malos)
El cuarteto madrileño Clint alcanza, tras no pocas dificultades, su tercer álbum. Los cambios en las vidas personales de los cuatro Harrys y las tensiones que esas y otras circunstancias generaron entre ellos comprometieron seriamente la continuidad de la banda. Su amor propio (también el ajeno) y, sobre todo, su amor al rock and roll, ayudaron a apretar los dientes y buscar una salida para sus frustraciones en forma de álbum. No es casualidad, por tanto, que este se titule Asuntos internos y lo hayan financiado y editado ellos mismos en su propio sello, Discos Malos, llevando su ya loca idea de hacer rock instrumental un paso más allá. Estos once cortes (más una sorpresa oculta al final) nos muestran a la misma banda cinematográfica de siempre en la que los que hablan son los instrumentos. Solo que ahora hablan con una mayor rotundidad, fiereza y seguridad, eliminando las huellas latinas de Los tipos duros también bailan y dejando que el rock and roll más puro y eléctrico gane presencia.
ELEANOR FRIEDBERGER: Last Summer (Merge-Musicasusual)
Dos lustros de The Fiery Furnaces y el grupo se da un descanso. Eleanor Friedberger, quien creció cantando con su abuela Olga Sarantos y su familia en una iglesia ortodoxa griega antes de pasar a ser la mitad de la banda a la que contribuye principalmente con las voces, debuta ahora en solitario con Last Summer. En su primer álbum se revela con un pop intimista de sencillas pero encantadoras melodías de piano y bases electrónicas continuamente presentes. Sus 10 temas rememoran, a golpe de nostalgia, sus recuerdos personales más antiguo, en un viaje que va desde lo pop de “My Mistakes” a lo folk de “Early Earthquake” y en los que la melancolía de su música contrasta con el brillo contenido de su voz.
CAETANO VELOSO: The Definitive Collection (Wrasse – Harmonia Mundi)
Desde la década de 1960, Veloso ha editado más de treinta grabaciones absorbiendo ideas estéticas y musicales de diversas fuentes, tras fundar el tropicalismo con Gilberto Gil, Gal Costa y otros poetas e intelectuales. Por suerte, su música ha evolucionado, incorporando elementos de muchos estilos, mientras que en sus textos hay lugar tanto para el comentario social como para las relaciones emotivas. Su nuevo recopilatorio, con 40 temas, nos recuerda parte de esa evolución, parando sobre todo en sus primeros e influyentes álbumes.
LUIS BREA: Hipotenusa (Marxophone)
Cocinado a fuego lento en Los Hijos de Han Solo y Los Sitios durante años, fue su primer EP planchado en CD‐R (De lo dicho, nada) el que dio a conocer en solitario a Luis Brea. Ahora las ocho canciones de su debut Hipotenusa, con la inclusión final de su tema más atinado, “Dicen por ahí”, lejos del costumbrismo, sin alharacas ni conciencia, descubren a alguien que se ha distanciado de la escena independiente para abrazar u camino que le debe una parte a la familia Flores, Julio Iglesias, Nacha Pop o Golpes Bajos.
CUCHILLO: Encanto (Limbo Starr)
En su segundo disco, Encanto, Cuchillo dan un paso adelante tras sus aclamado debut. En castellano, no tan distantes de la psicodelia, y tomando la canción como unidad, le dan vueltas a su concepción del pop en 40 minutos de luz e intensidad. A sus influencias de siempre se suman ahora algunos nombres propios, que tiran del hilo de su sonido incorporando aires africanos, latinos y exotismo a sus composiciones, filtrándolo a través de su personal visión de la música y de su poder hipnótico.
RODRIGO LEAO: La montaña mágica (Resistencia)
Desde que marchó de Madredeus, Rodrigo Leao está grabando los discos más hermosos de aquella saga. Ahora, en La montaña mágica, Leao ofrece un álbum en el que predominan las composiciones instrumentales de arreglos minimalistas y al que entramos a través de los teclados rememorando la infancia y visitando evocadores lugares de refugio. En esta ocasión no trabaja con el Cinema Ensemble como en otros discos suyos, sino que se acompaña de invitados como el portugués Miguel Filipe, el brasileño Thiago Pethit y el australiano Scott Mathew, al tiempo que es secundado por contrabajo, guitarras y trío de cuerdas. Evocativo, pleno de los recuerdos que uno guarda dentro de sí, sencillo para una escucha inocente, este álbum deja al imaginario interior personal de cada uno la respuesta más íntima.