Saülo Mercader, Embajador de Francia en Kazakhstan
por Alberto López Echevarrieta
Galería « L’œil de Gaïa-Extrate-Arte », de París, del 6 de junio al 27 de junio; Galería « Khas San’at », de Astana, Kazakhstan, del 12 de julio al 10 de agosto; y Galería Titanium, de Atenas, en octubre de 2012
El pintor y escultor español Saülo Mercader (San Vicente del Raspeig, Alicante, 1944) ha sido elegido por el Gobierno francés para que artísticamente le represente durante la Fiesta Nacional del país vecino en Kazakhstan. La gala contará con el patrocinio de Jean-Charles Berthonnet, embajador de Francia en esta república asiática situada a los pies de Rusia y China, y con salida al Mar Caspio. La exposición que Mercader llevará a este país, el noveno del mundo en extensión, puede contemplarse actualmente en la galería « L’œil de Gaïa-Extrate-Art », de París.
La forja de un artista
Puede que el caso de Saülo Mercader deba ser tratado como el de un profesional que se ha creado a sí mismo al vencer las colosales barreras que le presentó la vida desde su más tierna infancia, cuando allí, en un pueblo de su Alicante natal, a los seis años, empezó a despuntar con sus dibujos y pequeñas esculturas. Tenía veinte cuando se plantó en Bilbao para desarrollar todo el arte que llevaba dentro.
Sus primeras obras fueron creadas casi a golpe de campanas, ya que su primer estudio estuvo en la torre del campanario de la Parroquia de San Felicísimo, gracias a la ayuda prestada por la comunidad pasionista que lo rige. Fue allí donde se abrió camino hasta conseguir el Premio de la Fundación de la Vocación y, sobre todo, una ayuda del Gobierno francés gracias a la cual llegó a París en 1974. No perdió el tiempo en la Ciudad Luz, ya que dos años más tarde despuntó en la exposición de FIAC. En 1981 marchó a Nueva York con la beca americana Fullbricht desarrollando una interesante labor en Estados Unidos que le permitió obtener el Master of Art and Education en el Teacher’College de la Universidad de Columbia.
La obra de Saülo Mercader está hoy repartida por pinacotecas de todo el mundo, figurando entre ellas el Museo de Arte Contemporáneo de Madrid y la Biblioteca Nacional de Francia, en París. Actualmente está en posesión de la Medalla de Verneuil, de la ciudad de París, y luce el distintivo de Caballero de la Orden de las Artes y las Letras del Ministerio de Cultura de Francia.
Miradas cruzadas
La nueva exposición, que el artista ha titulado « Regards croisés », se compone de cuarenta obras –pintura y escultura-, y supone dos años de trabajo.
«Durante este tiempo –ha señalado Mercader a ARTESHOY-, he estado prácticamente encerrado, mirando a mi alrededor, sintiendo y comprendiendo los fuertes vaivenes de la sociedad. A mediados del año pasado se me insinuó que iba a ser invitado de forma oficial por el Gobierno de Francia para representarlo de forma artística en la Fiesta Nacional del 14 de julio en Astana, la capital de Kazahstan. Decidí que la mejor forma de hacerlo era con mi última producción, ésta que primero se puede ver en París para luego, en su totalidad, ser trasladada a esta república asiática ».
La muestra se exhibirá allí en la galería estatal “Khas San’at” del 12 de julio al 10 de agosto de 2012 y será inaugurada oficialmente por el embajador de Francia en aquel país, Mr. Jean-Charles Berthonnet, en presencia del artista. El itinerario de esta exposición concluirá en octubre al mostrarse en la Galería Titanium, de Atenas.
«No niego que Picasso ha ejercido una gran influencia en mi obra, aunque soy fiel a un estilo que me ha caracterizado durante toda mi vida profesional. No es nada nuevo. Por eso es un gran honor para mí que se hayan fijado en mi trabajo para un acontecimiento de esta trascendencia en una fecha tan importante como es la Fiesta Nacional francesa. Entiendo que el arte no tiene sexo ni nacionalidad. Simplemente es un patrimonio importante de la Humanidad ».
La exposición
Penetrar en el universo de las cuarenta obras que este artista presenta ahora es probar un sentimiento de libertad irreductible y el rechazo de todo tipo de sumisión a unas reglas pre-definidas y a unos códigos institucionalizados. El espectador encuentra aquí reminiscencias míticas, centinelas emblemáticos, personajes intemporales que se unen en una huída del ser hacia el cosmos.
Estos trabajos –algunos de grandes dimensiones- muestran contornos vigorosos destacando en ellos una atracción casi hipnótica donde el misterio de los primeros tiempos de la Creación y la poesía del instante subrayan la dimensión temporal, intemporal y trágica del destino de la Humanidad, sublimado por una percepción del universo en perpetua renovación.
El futuro
Saülo Mercader mira al futuro con optimismo. Trabajará durante dos meses en Kazakstan y Ouzbekistan realizando apuntes y sintiendo a su alrededor aires nuevos. «Cuando regrese tengo previsto preparar tapices y esculturas en mi taller « La Bateau à L’eau », en París. También quiero llevar a cabo una serie de cerámicas que, a buen seguro, tendré que interrumpir por compromisos de exposición para darlas a conocer en diversos puntos ».
Mercader confiesa que siempre se deja llevar por su espíritu creativo porque siente el arte y disfruta transmitiéndolo. A fin de cuentas, como decía Aristóteles, lo que con más trabajo hemos adquirido, es lo que más amamos.