Mujeres Artistas en el Festival de Miradas en las Artes Visuales
por Julia Sáez-Angulo
Entrevista a Mareta Espinosa
Mareta Espinosa, (Madrid, 1957) es licenciada en Bellas Artes, donde se especializó en grabado calcográfico. Practica igualmente la pintura y las instalaciones artísticas. Actualmente es una de las organizadoras del Festival de Miradas en las Artes Visuales, MAV, que tiene lugar durante este mes de marzo y donde pone todas sus energías y empeño. Recientemente expuso en la galería Edurne de El Escorial.
-¿Qué se espera del Festival de MAV?
Queremos ofrecer al público madrileño una oportunidad excepcional de conocer lo amplio, diversificado e interesante que es el trabajo que las mujeres estamos realizando en todos los ámbitos de las artes visuales. Queremos inundar Madrid y Comunidad con las mejores muestras de lo que hacemos.
-¿Han respondido bien las instituciones?
Afortunadamente las instituciones se han volcado en el proyecto permitiendo que el primer Festival sea una realidad. Gracias a su colaboración contamos con un programa que incluye exposiciones, ciclos de proyecciones, conferencias, mesas redondas, cursos y otras muchas actividades. Y esperamos contar con un número todavía mayor en la siguiente edición del festival.
-¿Cuántas mujeres participan en el Festival?
Participan 380 mujeres: 330 artistas y 50 teóricas entre comisarias y ponentes en mesas redondas.
Se posterga a las mujeres artistas
-¿No corren las mujeres el riesgo de crear gueto?
¡Las mujeres nunca cabríamos en un gueto! Por eso ni queremos un gueto, ni queremos que nos encierre en él. Pretendemos que la situación se normalice y tener el mismo reconocimiento que los hombres. Si la mayoría de las matrículas universitarias en Bellas Artes y en Historia del arte son femeninas ¿por qué se está postergando la incorporación de las mujeres a las posiciones que realmente se merecen?
-¿Cuáles son las causas de la marginación sistemática de la mujer artista?
Las causas son culturales. Arrastramos un pasado de siglos de no ser consideradas iguales en derechos y oportunidades a los hombres y aunque hay que reconocer avances muy importantes en las últimas décadas aún queda mucho camino por recorrer.
-Algunos premios parecen recordar de vez en cuando que hay nombres femeninos ¿siguen siendo la guinda del gran pastel femenino?
Le respondo con estadísticas tomadas de “Mujeres y Cultura, políticas de Igualdad”, un estudio reciente realizado por el Ministerio de Cultura.
Premio Príncipe de Asturias de las Artes, 30 ediciones = 0 premiadas.
Premio Velázquez, 9 ediciones = 1 premiada
Premio Nacional de Artes Plásticas, 15 ediciones= 2 premiadas.
-Alguien dijo: “Mi mujer es pintora” y otro le corrigió: “Su mujer pinta pero no es pintora”. ¿Sigue este fenómeno en vigor?
No, creo que ya no. Los maridos o parejas de las artistas están ahora muy orgullosos de ellas. Pienso que la mayoría de ellos las apoya y están radiantes cuando inauguran una exposición. Pero si no hay leche en la nevera o las toallas o las sábanas no están limpias, la responsabilidad sigue siendo de la mujer.
– ¿Ayuda la mujer artista consagrada a la emergente o la rehúye?
Ni una cosa ni la otra. Este es un mundo tan competitivo o más que cualquier otro y el apoyo no es muy común. Aquí entra en juego el trabajo de las asociaciones para apoyar a todas, tanto a las consagradas, que lo necesitan menos, como a las que empiezan.
-¿En qué género artístico hay más mujeres que hombres?
No creo que en este punto haya distinciones.
– Pese a ser museo de arte contemporáneo, el Reina Sofía sigue teniendo menos mujeres que hombres ¿A qué se debe?
El museo es un reflejo de la realidad que todavía es inequitativa, como ya hemos visto, y el Reina Sofía en este punto no es una excepción. Pero esperamos que esto vaya cambiando en la misma medida que las artistas vayan ganando el reconocimiento que merecen. El caso quizás más extremo es el Museo del Prado donde solo hay una mujer expuesta en la colección y parece que nadie se da cuenta.
-¿Cree que existe misoginia global?
En las pasadas elecciones presidenciales en Estados Unidos, ante la pregunta de quién sería el mejor presidente ¿un blanco o un negro? Se respondió: un blanco. ¿Y entre un negro y una mujer? La respuesta fue: Obama. Y para volver a nuestro país y a unas elecciones muy recientes, ante la disyuntiva de elegir entre un candidato y una candidata se eligió al candidato.
– ¿Qué métodos se han visto más efectivos para ayudar a las mujeres artistas?
Sin ninguna duda la educación y la solidaridad entre nosotras son las mejores armas que tenemos para luchar contra las desigualdades que todavía nos afectan.
– ¿Ha vivido usted alguna situación sexista como mujer artista?
No de manera abierta. Hace un tiempo cuando le pregunté a un galerista porqué no exponía más mujeres, me contestó que sus clientes no querían mujeres y menos jóvenes ya que luego se casaban tenían hijos y dejaban de trabajar en el arte. A estos habría que contarles que los hombres también se casan, tienen hijos y como del arte es muy difícil vivir, también hay muchos que tienen que dejar el arte para mantenerlos.