LA CLEMENZA DI TITO
por Jorge Barraca
La clemenza di Tito que ha presentado el Real es una nueva producción importada desde el Festival de Salzburgo. Se trata de un trabajo serio y cuidado, firmado por Karl-Ernst Herrmann. La escena aparece siempre diáfanamente iluminada; el atrezzo es el justo para aclarar las acciones; la escenografía es la esencial para enmarcar convenientemente la acción dramática. Todo ello conforma, en suma, un montaje bastante convencional pero casi siempre atinado. No obstante, sí debe destacarse un elemento en esta realización: la dirección de los actores-cantantes. En este sentido, Herrmann nos brinda una magistral lección de kinésica y proxémica. Así, la vestimenta y, sobre todo, la gestualidad de Vitellia la convierten en un trasunto de la Marquesa de Merteuil; sus miradas, sus insinuaciones, su provocación pintan un personaje que gana mucho interés, especialmente por la encarnación que logró una inspiradísima Amanda Majeski. Además, su transformación, en el Acto II, en una mujer conmovida y arrepentida fue espléndida, de manera que el personaje también ganó así mucho interés.
Igualmente fue notable la expresividad que logró el Sesto de Kate Aldrich, con un cambio radical entre el Acto I y II, cuando el personaje se convierte en una víctima atormentada y asustada. Tanto Majeski en la Vitellia, como Aldrich en este Sesto mostraron solvencia vocal, pero esta faceta quedó por debajo de su gran concurso como actores.
En cambio, el Tito de Yann Beuron, que no fue mal actuado, mostró algunos problemas para encarnar a Tito. Estamos aquí frente a una voz de calidad media, bien que usada con gusto y musicalidad. El papel del clemente emperador no es de los más agradecidos, pero tiene momentos de expansividad y lucimiento que podían haber sido mucho mejor aprovechados. Por su parte, la Servilia de María Savastano exhibió una voz muy hermosa y de emisión límpida. Es una lástima que tuviera que aparecer vestida de forma tan ridícula a lo largo de toda la ópera, pues eso hizo que su imagen empañara un instrumento vocal tan apreciable.
Finalmente, por lo que respecta al resto de los intérpretes, el Annio de Serena Malfi se movió en un adecuado registro, en buen equilibrio con el resto del elenco, y el Publio de Guido Loconsolo mostró una voz de bajo bastante timbrada y con una emisión simpre equilibrada, aunque sin excesivo brillo.
La dirección musical de Thomas Hengelbrock fue siempre atenta y plagada de buenos acompañamientos instrumentales. Mejor en los detalles que en la construcción dramática global, aunque siempre fiel al estilo mozartiano. Bien la limitada actuación del coro que dirigió Andrés Máspero.
Música de Wolfgang Amadeus Mozart
Libreto de Pietro Metastasio adaptado por Caterino Mazzolà
Dirección Musical: Thomas Hengelbrock
Dirección de Escena: Ursel y Karl-Ernst Herrmann
Escenógrafo, Figurinista e Iluminador: Karl-Ernst Herrmann
Director del coro: Andrés Máspero
Intérpretes: Yann Beuron (Tito), Amanda Majeski (Vitellia), Kate Aldrich (Sesto), María Savastano (Servilia), Serena Malfi (Annio), Guido Loconsolo (Publio).
Orquesta Titular del Teatro Real (Orquesta Sinfónica de Madrid). Coro Titular del Teatro Real (Coro Intermezzo).
Madrid. Nueva producción del Teatro Real (procedente del Festival de Salzburgo)
Funciones del 14 de febrero al 4 de marzo de 2012. Fotografías: Javier del Real