ORQUESTA Y CORO NACIONALES DE ESPAÑA (OCNE) TEMPORADA 2011-12
por Jorge Barraca
Ciclos II y III – Conciertos 11 y 12: Dos pianistas, dos estilos
Prosiguen los programas del ciclo Paris 1900 con los programas de enero y febrero, que nos regalaron dos conciertos de piano de Beethoven, la Sinfonía Fantástica de Berlioz, una selección del Parsifal wagneriano y otras páginas más breves de Satie y Shin.
Interesantísimo fue comprobar —con tan pocas semanas de diferencia— la manera radicalmente distinta de enfrentarse a obras paralelas como son los Conciertos para piano nº 5 (“Emperador”) y nº 4 de Beethoven a través de las manos de dos artistas como Emanuel Ax y Rafal Blechacz. Gracias al breve intervalo de tiempo que los separó, los contrastes y matices de ambos quedaron mucho mejor revelados. Ax es un coloso, de pulsación vibrante y musculosa, lo que conecta perfectamente con el carácter del “Emperador”, que requiere una exhibición de fuerza y tensión, pero sobre todo de un sentido dramático sostenido. Todas estas cualidades favorecieron una lectura excepcional, en la que únicamente sería criticable un exceso de mezzoforte y forte en los movimientos extremos, no bien contestados desde la orquesta, algo pálida en la batuta de Frühbeck; aunque, desde luego, Ax ofreció también una lección de cantábile en el humanísimo Adagio.
Por su parte, con Blechacz topamos con un artista sensible, de técnica depuradísima, con una pulsación suave, serena y delicada, que resulta magistral para los momentos contenidos. No exhibió el vigor en los ataques de Ax, pero su intención era otra: brindar una lectura intimista, más propia de una orquesta de cámara, fiel al sonido original, animosa, pero siempre precisa. No es de extrañar que rozase el cielo con una propina de Chopin absolutamente refinada e ideal de carácter.
Frühbeck descolló, en cambio, con una excelente versión de la Fantástica berlioziana, en la que la estructura general estuvo muy bien trabajada y los momentos de tensión siempre bien resueltos.
En el siguiente concierto, Pons nos recordó la lúcida orquestación que Debussy propuso para dos de las Gymnopédies de Erik Satie, que extrae y deja ver bien a las claras la interesantísima armonía que contienen estas páginas. En la segunda parte llegó una selección breve de tres momentos del Parsifal de Wagner, en el que, junto a una buena ejecución de la Nacional, pudimos comprobar la gran forma del Coro que dirige Joan Cabero y la calidad de algunas de sus componentes, que encarnaron con total solvencia los papeles de las “muchachas-flor”, llenos de dificultades vocales.
Además de estas páginas, pudimos escuchar el estreno en la Nacional de Kalon, del coreano Donghoon Shin, en la que destacó el virtuosismo de la violinista Leticia Moreno en una página a mi entender no muy interesante.