“Tristán e Isolda”, un Wagner fundamental
por Alberto López Echevarrieta
Palacio Euskalduna de Bilbao, 22, 26 y 30 de octubre y 3 de noviembre de 2011
Ausente desde hace cinco temporadas, Wagner vuelve a la cartelera de ABAO (Asociación Bilbaina de Amigos de la Ópera) con uno de sus títulos más representativos, “Tristán e Isolda”, producción del Teatro dell’Opera di Roma y el protagonismo de Torsten Kerl y Jennifer Wilson que debutan en Bilbao. Y si el último título wagneriano, “Tannhäuser”, fue un éxito en su pasada representación todo apunta a que esta obra, fundamental en la historia de la música y paradigma de la ópera romántica, tenga una aceptación semejante.
La historia
El argumento de “Tristán e Isolda” está basado en una leyenda cuyo origen se remonta al siglo XIII, cuando aparece citado en un poema épico de Gottfried von Strassburg. Algunos historiadores apuntan la existencia de una historia semejante en una historia céltica aún más pretérita. Lo cierto es que mucho tiempo después, Christian de Troyes adaptó las distintas versiones que había sobre el tema para escribir una versión francesa del gran tema de amor que encierra.
A principios de 1855, Richard Wagner empezó a diseñar su propia versión de la historia, cuando vivía en su dorado exilio suizo, en casa del comerciante Otto Wesendonck, al que, por cierto y sin miramiento alguno de gratitud, le arrebató el cariño de su esposa Mathilda. Este romance fue el punto de partida del trabajo operístico que el de Leipzig llevó a cabo interrumpiendo su “Tetralogía” hasta dejarlo lista para su estreno en 1859 convertido en un drama musical en tres actos.
Wagner le había escrito a Liszt: “Ya que no me ha sido dado gozar en mi vida del amor auténtico, quiero levantar un monumento a este sueño, el más bello de todos, en el que del principio al fin se sacie este amor. He esbozado en mi mente un “Tristán e Isolda”, la más sencilla, pero la más encendida concepción musical; con el “pabellón negro” que ondea al final me cubriré para morir”.
La ópera
Posiblemente “Tristán e Isolda” sea, por la circunstancia referida, la ópera más personal y el más grande de los dramas compuestos por Wagner. Su música es la expresión más profunda de lo absolutamente humano. Sensitiva como ninguna y dotada de una fuerza de expresión y de una substancia anímica realmente extraordinarias, constituye una de las obras más impresionantes de arte moderno en el sentido más elevado de la palabra.
Se dice, y con toda la razón, que “Tristán e Isolda” es el poema literario-musical del amor llevado a la exaltación suprema y de un amor que no se habría concebido intelectualmente de no haber existido Mathilda Wesendonck, la mujer que inflamó la vida del compositor de una enorme pasión fogosa y de una extraordinaria hondura emocional.
Esta obra carece de recitativos, arias y dúos tan habituales en óperas anteriores. Aquí el drama lo marca la orquesta en base a “leit-motivs” que se reproducen en nuevas combinaciones en las que las voces de los cantantes forman parte del conjunto sinfónico que alcanza sus cotas más brillantes en el preludio que antecede a la primera escena el primer acto y el de la parte con que finaliza el drama lírico.
El estreno
Pese a su trascendental importancia, “Tristán e Isolda” tuvo serios problemas para su estreno. En 1863, es decir, cuatro años después de que la partitura quedase completa, y después de más de setenta ensayos, Viena dijo que la obra era irrepresentable y posiblemente hubiera quedado “nonnata” de no haber mediado la ayuda del misántropo rey Luis II de Baviera que influyó para que pudiera ser estrenada el 10 de junio de 1865, fecha que para muchos marca un antes y un después en el mundo de la música.
El acontecimiento tuvo lugar en el Teatro Nacional de Munich. Contó con la colaboración del tenor Schnorr von Carolsfeld y la dirección del pianista y compositor Hans Guido von Bülow, cuya esposa, hija de Liszt, se divorció de él para casarse con su adorado Richard Wagner.
La versión que se presenta en Bilbao es una producción del Teatro dell’Opera di Roma con dirección musical de Miguel Ángel Gómez Martínez, dirección de escena de Pierluigi Pier’Alli y la presentación de los protagonistas, Torsten Kerl como Tristán y Jennifer Wilson como Isolda. Completan el reparto Elena Zhidkova, Matthiew Best, Alan Held, Javier Galán, Eduardo Ituarte y Alberto Núñez. Orquesta Sinfónica de Bilbao y Coro de Ópera de Bilbao.