Mariano de Blas: “Poesía Visual»
por Julia Sáez-Angulo
Material Galería, C/ Doctor Mata, 1. Del 27 de septiembre al 29 de Octubre de 2011
Mariano de Blas (Madrid, 1958) expone su último trabajo “Poesía Visual” en Material Galería de Madrid. Un paso más comprometido, una vuelta de tuerca notoria en su lenguaje, ahora quizás mucho más plástico por ser más pictórico.
Ha sido una grata sorpresa comprobar como el artista ha hecho evolucionar sus antiguos dibujos botánicos y collages dentro de un mayor empaste de pigmento, con un cromatismo elaborado –nunca colores puros- en los fondos. Los elementos del comic y del pop se dan cita con cierto humor y guiños a los ecos de infancia. Mariano de Blas, vicedecano de la Facultad de Bellas Artes de Madrid explica su última obra plástica como una “apropiación de imágenes de pasados para ser presentadas en un formato hipermoderno. Pinturas construidas en sucesivas capas de imágenes pictóricas en un hipertexto visual abierto. Palabras y letras como elementos formales compositivos y de fondo. Imágenes extrañas para un mundo que no termina de comprenderse”.
Imágenes y conexiones emocionales
El artista “rescata” imágenes que las presentan bajo una plasticidad contemporánea, que rehúye del pictoricismo de oficio, así como de las proyecciones de expresión personal, sustituyéndolas por una plasticidad y unos modos asépticos y despersonalizados. El título de la exposición, Poesía Visual, proviene de una calificación del galerista Iván Dasto (Oviedo). La idea se refiere a que el discurso conceptual se sustenta en una serie de imágenes, que tratan de configurar una idea mediante las conexiones emocionales que entre ellas se producen, pero éstas no se desarrollan en similitudes narrativas, ya que entre sí no tienen sentido relacional lógico. La relación entre las imágenes no pretenden una asociación libre por la que aflore el inconsciente a la manera surrealista, sino una sucesión de capas de aprehensión visual que tratan del paso del tiempo, de su decantación, de la arqueología de la cita y la referencia, de las lecturas superpuestas, de la atención debida a un texto.
“No se pretende la maravillosa referencia a un enigma visual de los “poemas visuales” de Vicente Huidrobo o de la “poesía visual” del genial Joan Brossa. Las apropiaciones de algunas imágenes del comic no se refieren a una descontextualización ahora trasnochada de los medios de masas, como realizó pertinentemente el pop en su momento. Esa apropiación diverge de Sigma Polke en un uso de recursos someramente más pictóricos que la riqueza de medios varios del artista alemán. El uso de la línea a color como elemento dual de forma y color, apela más a ese minimalismo en el discurso que recurre solo a elementos pictóricos muy simplificados. Alardes pictoricistas (y desde luego visuales miméticos) carecen ya de relevancia en el contexto actual. Es este punto es donde hay que hacer referencia al artista mejicano Carlos Vidal, de cuya influencia es deudora este trabajo”, se explica en la presentación de la obra.
En una explicación más antropológica se compararían con la atención superficial, distraída de nuestro mundo de consumo. Se situarían en el borde de una historia que abandona el uso de la herramienta (pincel) para realizar imágenes para cederle el protagonismo a la mediación de la máquina, cada vez más complejas e inteligentes (de la máquina analógica a la digital, al lápiz y pincel informático, al photoshop como universo manipulador y constructor de la imagen).
Las imágenes que se emplean pertenecen a la historia y son, o fueron, producto de diferentes usos o intenciones. Se trata de ilustraciones de libros de los años 50 o 60 , o de las imágenes de los primeros anuncios publicitarios de principios del siglo XX o grabados renacentistas que combina con letras y textos de las mismas publicaciones, provocando dos niveles de lectura en el trabajo, ya que versionan verbalmente el mensaje visual habitual de las imágenes. Estos textos además actúan como un elemento plástico, interviniendo en la composición o actuando como estrato o fondo. De esta forma se presenta una solución plástica en la que se percibe una sucesión de imágenes que no se organizan solo en superficie, sino que lo hacen por capas “estratificadas” con un orden de visualización que se establece por una jerarquía de contrastes, por lo que unas imágenes van apareciendo a medida que se va “leyendo” las anteriores y de este modo se va entrando en la profundidad espacial del cuadro. Esta estratificación es la voluntad o la necesidad de establecer la secuencia o intervalo que se produce al leer un libro deslizándonos por sus líneas y saltando por sus páginas.
Sin embargo el proyecto artístico de Mariano de Blas está concebido para que el espectador participe en el proceso a través de su lectura e interpretación. Poema visual entendido como imágenes liberadas de su contexto original, que se disparan arbitrariamente y sin sentido aparente por la superficie, sin someterse a un sistema espacial, gravitacional o de escala habitual, adquiriendo total autonomía e identidad plástica y de significación.
Es una obra abierta. Una puesta en escena de imágenes que van a definir un discurso u otro a partir de las vivencias y de la memoria del espectador. Ofrece la oportunidad de que se adapte su lectura para rescatar las imágenes mentales también “estratificadas” de la memoria. Se trata de unos modos artísticos propios de los tiempos hipermodernos actuales, en los que elementos como la disociación, la heterogeneidad, la fragmentación o la deconstrucción y la aleatoreidad, devuelven una imagen con la que nos identificamos y hagamos nuestra”.