“Construyendo una Colección”
por Julia Sáez-Angulo
Interpretación de la Colección Fundación Botín. Santander, 2011
No es tan fácil hacer una colección de arte. Algunos lo confunden con atesorar un conjunto de cuadros, esculturas o piezas artísticas de cualquier tipo, pero en sentido estricto, una colección es una articulación coherente en torno a un concepto, bien sea una generación, una época, unos nombres, un estilo o un género. En España faltan colecciones especializadas, para centrarse en conjuntos más o menos afortunados de obras de arte. Hay patrimonios artísticos más que colecciones “circulares”, quizás porque ha faltado la misma voluntad direccionada al adquirir las obras.
La colección de la Fundación Botín, que se ha presentado este verano en Santander ha sido analizada por su comisaria Carmen Jiménez. “La colección de arte contemporáneo de la Fundación Botín se viene nutriendo desde hace casi veinte años de distintas fuentes”, explica la comisaria Jiménez. En primer lugar hay una parte importante de obras que procede de quienes han disfrutado de las becas que concede la Fundación a artista pero también, en segundo lugar, de los artistas que se han considerado relevantes”.
Como vemos son ideas distintas aunque no necesariamente contradictorias. La relación no siempre encaja en un concepto común, al menos que este sea tan solo el de arte contemporáneo, pero de modo global puede decirse que se trata de nombres reconocidos y cotizados en el mercado del arte actual. Una coagulación mayor será deseable para ser considerada colección en un sentido más exigente, pero está claro que las fuentes vienen de distinta procedencia o voluntad. Falta una mirada singular que defina mejor el “gusto” o la idea por la colección llevada a cabo.
Los artistas presentados en la muestra comisariada son Miroslaw Balca, Mona Hatou,, Jannis Kounellis, Antoni Muntadas, Juan Muñoz, Juan Navarro Baldeweg, Gabriel Orozco, Juliao Sarmento, Thomas Shutte, Santiago Serrano y Juan Uslé. Cabe comparar estos nombres con los artistas que han obtenido una beca de la Fundación Botín: Lara Almarcegui, Txomin Badiola, Rafael Doctor, Joao Fernández, Federico Guzmán, Cristina Iglesias, Bartomeu Marí, Chus Martínez, Antoni Muntadas, Esther Partegás, Kevin Power y Juan Uslé. Dos de estos artistas, dos han sido los seleccionados.
Redefinirse con originalidad
Investigación, formación y divulgación –los mismos fines de un museo- son los tres ejes del programa de la Fundación Botín, porque el arte va más allá de la misma concreción del objeto. El arte es pensamiento y conviene recordar el viejo dicho clásico “Nulla aesthetica sine ethica”.
El profesor Calvo Serraller califica de “colección en ciernes” a la de la Fundación Botín, iniciada en 1993. Será bueno que vaya definiéndose y como colección pública, sería bueno que no repitiese similares planteamientos de otras instituciones españolas, de manera que acaben por parecerse todas entre sí como gotas de agua.
En todo caso, lo que hay adquirido en la Fundción Botín por entrega de becarios o compra, es digno de elogio, aunque se adivinan los mismos lugares de origen, es decir las mismas galerías o ferias de procedencia. Falta un punto de originalidad y riesgo a esta colección que deberá redefinirse con más valentía y “personalidad”.