ROBERTO MATTA (1911 – 2011)
por Alberto López Echevarrieta
Museo de Bellas Artes de Bilbao, del 16 de mayo al 21 de agosto de 2001
Antes de que el gobierno de Chile tribute merecidos honores a uno de sus artistas más significativos con motivo del centenario de su nacimiento –los tienen preparados para noviembre próximo-, Acción Cultural Española, el Instituto Valencià d’Art Modern y el Museo de Bellas Artes de Bilbao han producido, con el patrocinio de Iberdrola, una de las exposiciones más colosales de los últimos tiempos cual es la dedicada a Roberto Matta (Santiago de Chile, 1911 – Tarquinia, Italia, 2002).
Más de treinta obras de este singular artista se exponen en Bilbao ofreciendo al espectador una variada muestra de su trabajo, un trabajo de muy difícil clasificación para un hombre que despuntó como arquitecto, dibujante excepcional, escritor, poeta y pintor. Estas fueron las principales facetas que Matta abordó hasta el último momento de su vida. Porque, como ha señalado Germana, su viuda, en el acto de presentación, Roberto no sólo trabajó en el siglo XX, sino que “pintó como un loco veinte o treinta telas en blanco y negro, ya en el siglo actual”.
Estamos ante un hombre excepcional, pleno de energía, poesía y expresión que se dejó llevar por su inquietud intelectual relacionándose también plenamente con la psicología. Para Marga Paz, comisaria de la expo, “Matta es el último gran artista del surrealismo con enorme influencia en el desarrollo del expresionismo abstracto americano”.
Durante su etapa en el exilio en Norteamérica, jugó un papel fundamental en el mundo de las artes. Fue el puente entre los surrealistas que fueron de París y los jóvenes artistas americanos surgidos en la Escuela de Nueva York. Tuvo un gran papel en el expresionismo abstracto del país del dólar hasta el punto de que sus cuadros cuelgan hoy en las pinacotecas de Estados Unidos junto a los grandes artistas nacionales.
Artista complejo, está considerado como un visionario del arte que profundizó siempre en el desarrollo del ser humano. Escribió mucho y libremente, de forma que a través de su pluma podemos aventurar que fue una persona muy sensible con todo lo que ocurría en el mundo. Una personalidad de estas características ha de ser por necesidad controvertida y Matta lo fue. No hubiera necesitado este centenario para que se le homenajeara, pero bien es cierto que no ocupa en el mundo de la pintura el lugar que le corresponde. Su vida estuvo marcada siempre por una constante exigencia de libertad y éste es un aspecto que lo define.
Nacido en Santiago de Chile en el seno de una familia acomodada de origen vasco, Roberto Matta se vino a Europa en 1933 trabajando varios años en el taller de Le Corbusier. Residió en Madrid el año anterior a la sublevación militar, marchando después a París para trabajar como obrero en el pabellón de la República Española de la Exposición Internacional. Allí conoció a Picasso mientras pintaba el “Guernica” y cuyo desarrollo siguió día a día.
En Contra vosotros asesinos de palomas (1950), pintado en Roma, encontramos a un Matta próximo al artista malagueño demostrando con su obra lo que tantas veces dijo: “La función del artista revolucionario es el redescubrimiento de las relaciones afectivas entre los seres humanos”. Por mediación de Dalí conoció a André Bretón que le invitó a formar parte del movimiento surrealista. Interesado en los trabajos de Duchamp, Man Ray y Henri Poincaré, inventó el concepto de ”morfología psicológica” que dio origen a una nueva especialidad pictórica.
Fruto de esa inquietud que siempre se hace patente en sus obras son los trabajos que se presentan en Bilbao, como Out to Alisma (1948), un óleo sobre lienzo de impresionante trazado que confirma la autodefinición del artista: “Yo no soy pintor, soy algo que no tiene forma”.
Gran presentación para el artista más profundo de su generación