Nono Bandera: “Zweifel”
por Mariano de Blas
Galería Espacio Mínimo. Madrid.Del 17 de marzo al 7 de mayo de 2011.http://www.espaciominimo.net/
El trabajo de Nono Bandera siempre ha girado en torno a la apropiación. Ésta se ha centrado en la parte equívoca de lo que se entiende por arte. Esas obras que consume todo tipo de público que son una mala imitación de formas más excelsas del arte pero entendido éste como lo clásico e intemporal. Paisajes y retratos que encontramos en casas, consultas de dentistas, sucursales de bancos, en una patética sumisión a lo que se considera el gran arte, entendido como la perpetuación de una manera de entender la pintura, en cuanto que realista y portadora de una serie de imágenes supuestamente pictoricistas.
Es en ese ámbito en donde Banderas recoge sus imágenes, paseos por el Rastro madrileño (un enorme mercado al aire libre), tiendas de mercancías desechadas y baratas, incluso encargando a otros artistas obras sobre las que él luego trabajará. En una ocasión llegó a intervenir sobre un retrato que le había pintado su padre.
Ahora en ‘Zweifel’ ha reunido una serie de dibujos de carboncillo al filo de la década de los cincuenta. Son las caras de escayola que se empleaban o se emplean, para los primeros pasos en el aprendizaje de encajado de estatuas. Estos dibujos primero tienen el áura de lo antiguo, aunque si le quitáramos la fecha bien podrían ser muy posteriores, incluso los que hizo el mismo Banderas en sus primeros pasos de aprendizaje a dibujar. También son una alusión a una manera de entender el arte plástico, la pintura y su aprendizaje.
Bandera es hijo de un estupendo pintor, Juan Bandera, al que él ayudaba en sus cuadros. Es por tanto conocedor del oficio tradicional de la pintura, antes incluso de cursar sus estudios en lo que antes era la Escuela Superior de Bellas Artes de San Fernando, que por supuesto, exigía un difícil examen de estatua que requería como primera fase del proceso de aprendizaje, el tipo de dibujos de los que Bandera ahora se ha apropiado.
Nono Bandera (Málaga, 1958) es un andaluz que ha acabado viviendo en Pontevedra en calidad de profesor de la Facultad de Bellas Artes. Hasta aquí tendría su parangón con es otro malagueño, Pablo Picasso, también hijo de pintor, estudiante en la misma institución que Nono y viviendo en Galicia, aunque por mucho menos tiempo y en edad más temprana. Estas similitudes son un poco absurdas pero cuadran muy bien con el inteligente humor de Bandera. Su obra siempre ha sido una sátira que ha combinado un penetrante discurso conceptual, con un trabajo atrayente en lo formal que siempre produce una sonrisa. Nunca mejor dicho, sino en este caso con su trabajo, que el humor es signo de inteligencia.
Con ‘Zweifel’ (incertidumbre) vuelve a extenderse por las paredes de la galería, como ya hizo en su anterior serie ‘This & That’ de 2003. Sin ningún sentido aparente argumental, los dibujos enmarcados y debidamente retocados con el pincel de Bandera, se convierten en los frutos del bosque en que ha convertido el espacio expositivo. Troncos, tablones, leñadores y un enorme conejo están pintados sobre la pared, estableciendo una relación con las obras distribuidas, que no meramente colgadas simétricamente. Queda así el espacio de la galería convertida en un lugar, lo que ha transmutado el ámbito de la obra. Ya no es la neutra caja blanca de la galería, sino el espacio teatralizado para contener y relacionarse con las obras.
En los dibujos Bandera aporta sus ilustraciones de un mundo ya desvaído. Vendas, apósitos, mejillones, ballenas, ilustraciones pedagógicas y personajes trajeados de la época de los dibujos. Incluso recoge un viejo cuento alemán, “El arenero”, en donde un hombre malo arroja arena a los ojos de los niños. Algunas de estas obras aluden a los ojos y a una delirante manera de mantener los ojos abiertos. Toda esa iconología de otra época en la obra de Bandera, aparece como un concepto absolutamente contemporáneo, constituyendo un magnífico ejercicio de deconstrucción y apropiación.