Discos
por Xavier Valiño
INCARNATIONS: With All Due Respect (Incarnations)
Tres amigos, un proyecto. Incarnations surgió como la aventura del siempre exquisito compositor Bart Davenport y dos de los componentes de The Phenomenal Handclap Band. La idea nació en Madrid, se gestó en un barco camino de Tánger y se grabó en Tarifa en menos de dos semanas. Los tres volvieron a sus ocupadas agendas y ahora editan, sin mucho estrépito, un disco sencillo, con ecos del easy-listening y del pop y funk sedoso de los 70, en la onda de Steely Dan, los Doobie Brothers, los Stylistics, los Delfonics o CSNY, en el que se nota la placidez de la grabación y lo que disfrutaron con el proyecto.
ZENET: Todas las calles (El Volcán)
Tras la sorpresa de Los mares de China, llega un segundo disco que no es una continuación, sino que aquel era en realidad un anticipo de este. Nuestro truhán y crooner favorito coquetea, ama y sufre por los rincones de una ciudad que tiene tanto de su Málaga natal como de París, Buenos Aires, Nueva York, La Habana o Río de Janeiro, según adónde le lleven los vientos. Y en él Zenet muestra que tiene en la mano un trío de jotas que para él vale más que un repóquer de ases: el productor Juan Ibáñez, el letrista Javier Laguna y el guitarrista José Taboada.
NICK GARRIE: The Nightmare of J B Stanislas (Elefant)
Tras su recuperación con 49 Arlington Gardens hace 2 años, llega el momento de la reivindicación de Nick Garrie, el escocés que solo tuvo un número 1, en España. Por fin se muestra en todo su esplendor, y con extras, aquella extraña fórmula química con orquestaciones, un auténtico canon de belleza, de imaginación, de arreglos ampulosos y llenos de fantasía, el gran The Nightmare of J B Stanislas, una obra maldita que rezuma inspiración por sus cuatro costados y que, grabado en 1969 en Saint Tropez, cayó en el olvido.
JOE CREPÚSCULO: Nuevo ritmo (Naïve)
Joe Crepúsculo también tiene seguidores y algunos detractores. Aunque no lo parezca, trabaja a destajo para lograr un sonido que a muchos les resulta -engañosamente- superficial. Para su cuarto disco recupera ocho canciones de sus dos primeros álbumes Supercrepus y Escuela de zebras -curiosamente, ninguna del tercero- y añade cuatro nuevas. Novedades: la portada de Montxo Algora y el tratamiento latino en los arreglos, sonidos que ha descubierto en los últimos tiempos y que hace más interesantes estas relecturas.